martes, 27 de agosto de 2013

Y HABLANDO DE LONGEVOS.


PRÓXIMO DIA DEL ANCIANO.
Todavía recuerdo a la maestra Ema Godoy (epd) que fue la iniciadora del DIVE (Dignificación de la Vejez) y a quien se debe la institucionalidad de celebrar el 28 de agosto Día de San Agustín de Hipona (padre y Doctor de la iglesia, proclamado en 1295) y en la celebración de su día, fue nominado el día del anciano. La señora Godoy disponía de una hora diaria en una estación de radio local hablando de la dignificación del anciano, diciendo “que si bien nos iba en la vida llegaríamos a viejos”, lo cierto es que quedó la tradición de celebrar en esa fecha el día del anciano hasta el día de hoy.

Ahora se habla que el siglo XXI es el siglo de la vejez, porque se ha observado el descenso de las tasas de nacimiento, se han logrado los avances en la medicina, ha aumentado la expectativa de vida a los 80 años, lo que ha ocasionado también un aumento de ancianos que ahora ya se les llama “adultos mayores” para eliminar el “viejo” o “anciano”. De acuerdo con información del INEGI, a nivel nacional somos solo 5.618 los que tenemos el máximo grado de estudios, es decir, un doctorado y el 40% de esta población, recibe una pensión del seguro social. Además nos indica que para 2015 seremos 15 millones de personas mayores de 60 años y para 2020 estiman que la población será de 17.5 millones y  para 2050 sumarán 36 millones de población de adultos mayores.

Ante estas cifras, estamos construyendo el “México Viejo” y algo deberá hacerse en este país para que las cosas se manejen en favor de los ancianos, porque como está la situación actualmente, ya es difícil el crecimiento que marcha a pasos agigantados. Algo deberá reglamentarse para incorporar a los “adultos mayores” como se les debe llamar, para que ingresen a la sociedad. La ley los ampara por medio de la Constitución Política, por la Ley de derechos de las personas Adultas Mayores y la Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación. Actualmente vemos como muchos ancianos permanecen en el olvido de sus familiares, otros los recluyen en un asilo y jamás se vuelven a acordar de ellos y algunos más afortunados están viviendo con sus hijos en forma conjunta o marginada y con privaciones.

Conocemos casos de mucha gente adulta mayor que con el mejor deseo de integrar al mercado laboral, tratan de conseguir un empleo y al hacerlo, se dan cuenta que en este México actual, el desempleo es una corriente que circula en todo el país, ya que se enfrenta ante una competencia de gente mayor de 40 años y difícilmente puede colocarse en alguna actividad temporal, por lo que el anciano queda descartado.

Uno de los aciertos que se ha logrado, en las tiendas de autoservicio es la participación de los adultos mayores que son utilizados como “cerillos” y su remuneración corresponde a las propinas que les dan los clientes de dichas tiendas por embolsar sus mercancías. Se considera como un trabajo digno y propio para que lo realicen los adultos mayores, pero en otros lados son descartados para su contratación. Una de las barreras que deben soportar las personas mayores es la discriminación que sufren por su edad. Falta mucho aun, para que opere un cambio de actitud y poder integrar equipos en donde opere personal mixto que aprovechen la transferencia de conocimiento y experiencia de generaciones anteriores y finalmente se aprovechen los conocimientos que se transmitan de viejos a jóvenes.

Bien se ha dicho y yo lo he reiterado por este medio que la “vejez” debe proyectarse desde la juventud, aunque ahora se vive tan rápido que no creo que los jóvenes deban preocuparse por algo que no saben si llegarán a esas edades. El envejecimiento exitoso y activo se orienta a promover condiciones que permitan a las personas tener una vida larga y saludable,  pero los “adultos” y hablo de los de 40 o más, sí deben preocuparse por el siguiente paso al que están próximos, sobre todo conociendo que deben cuidar su salud, su economía, su familia y tantos otros recursos que son muy necesarios atender, para hacer las cosas más llevaderas al cumplir los 60 años y convertirse en un “adulto mayor” que en cualquier momento ocurre y sabe que puede vivir de una jubilación, de sus ahorros hechos durante su vida laboral, mediante la previsión de algún seguro o bien la inversión en algún negocio que le permita disponer de sus ingresos para vivir en forma cómoda y agradable. Pero lo más importante, es tener organizada debidamente a su familia que será la que finalmente le acompañará durante su vida longeva.

Tengo entendido que existen muchas declaraciones de Federaciones Internacionales de Vejez que establecen que las personas mayores tienen derecho a vivienda, alimentos, agua, ropa y atención sanitaria mediante el suministro de ingresos, el apoyo de la familia y la autoayuda, además que tienen derecho a trabajar y hacer uso de oportunidades de generación de ingresos sin barreras basadas en la edad, aunque por lo que se observa en la realidad estas disposiciones son teóricas y operan como “letra muerta” ya que no son funcionales en la vida que están llevando muchos ancianos actualmente.

Por estas razones supongo que falta mucho camino por recorrer para que cambie la situación de los “adultos mayores” y más que leyes y reglamentaciones, educar a los jóvenes y a los adultos para la atención que deben dar a sus mayores y ese proceder empieza desde la “familia” en la formación de sus hijos, cuando muchos padres no saben darse el lugar que les corresponde y por lo mismo los hijos nunca reconocen la atención y cuidados que deben dar a sus mayores, por estar acostumbrados que todo lo reciben y nunca les han inculcado la cultura de “DAR” que es tan importante para formar el carácter de disfrutar esta oportunidad que tenemos desde pequeños, y cuando lleguen a “adultos” sepan apreciarlo y compartirlo con las personas que estén en su entorno … sobre todo los mayores edad.

 

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