martes, 20 de agosto de 2013

A DORMIR BIEN Y FELICES SUEÑOS.


Actualmente estamos viviendo una vida muy acelerada porque la gente sale muy temprano de su domicilio y regresa al anochecer. En varios casos es debido al incremento de población, lo que provoca mucha competencia al ocupar un empleo, mayores distancias de traslado,  diversas ocupaciones y muchas veces mayor esmero en la actividades que desempeñan los profesionales en su actividad, por lo que hoy en día, millones de hombres y mujeres tienen dificultades para dormir; o bien, aquellas personas que aun durmiendo bien, desean mejorar la calidad de  sueño o quieren tomar medidas precautorias ante situaciones o etapas de la vida que pudieran arrebatarles el sueño.

La mayoría de adultos se han visto en momentos difíciles: sea por causas personales, estrés, ansiedad, una época de cambios, un nuevo empleo, o causas ajenas a su voluntad, como ruidos por la calle, ronquidos de la pareja, un bebé que altera el sueño cada tres horas, y con ello otras alteraciones nocturnas que reducen las horas de sueño y al despertar por la mañana se levantan soñolientos, cansados o de malhumor y por lo mismo descansan poco y mal.

Si a esto agregamos que la gente acostumbra ver mucha televisión la cuota de sueño se reduce considerablemente. Se calcula que un 40% de la población tiene dificultad para dormir y a esto agregamos un 25% de personas mayores de 65 años que padecen el mismo problema en dormir. El padecimiento de un exceso de actividades es resultado de que la gente disfrute de pocas horas de sueño en verdad reparador y es por lo que se produce una epidemia de fatiga que se traduce en infinidad de pequeños y grandes trastornos del sueño. ¿Quién no se ha pasado una noche sin pegar el ojo? ¿Quién no se ha desvelado por un examen importante a presentar por la mañana?. Exceptuando los problemas graves del sueño que requieren una atención especial, muchas soluciones están a nuestro alcance para solucionar e incluso prevenir los problemas de sueño más habituales.

Es necesario que recuperes el placer de dormir, de gozar un buen sueño y merecido descanso, algo que no tiene precio ni límite de edad y para ello es necesario que establezcas un horario definido para tu descanso nocturno y la duración de un sueño profundo. Mucha gente se pasa la noche dando vueltas en la cama, mirando el reloj, viendo televisión y revisando noticieros que tanto daño producen, o bien esperando y rezando para que amanezca. Para mejorar esta situación, es necesario hacer un balance general de tu modo de vida y así debes considerar:  ¿Cuál es tu horario de actividad? ¿Tu tiempo que pasas en el transporte cotidiano? ¿Si es buena tu calidad de vida en casa? ¿Si tu alimentación es equilibrada? ¿Si haces algún ejercicio y practicas un deporte? ¿Si consumes alcohol, tabaco o bebidas estimulantes en exceso?

En la mayoría de los casos, la exageración de actividades laborales producen un desgaste físico y hace que las personas estén propensas a sufrir algún contratiempo en su trabajo, en la carretera y otras causas que son atribuidas a fallas humanas y con frecuencia resulta producido por personas que producen problemas que les repercute en privación de sueño. Debe tomarse en cuenta que algunas personas ya padecen males cardiacos, obesidad, diabetes y viven muy estresados por una variedad de problemas, su sueño es escaso y podría ser una causa inadvertida. La falta de sueño nocturno produce un aturdimiento, y muchas veces no damos la importancia que merecen los casos graves y peligrosos que esto representa para la salud en general.

Diversas actividades y condiciones de vida moderna, producen alterar el sueño en forma notoria y las molestias de entorno son cada vez mayores, las exigencias sociales se imponen cada vez más y es necesario atenderlas, y nosotros mismos cometemos por negligencia, varios errores de higiene de vida. Estos elementos influyen en imponerse en forma temporal o duradera, el mal dormir y las consecuencias que se derivan en las alteraciones que hacemos de nuestra forma de dormir. De nosotros depende cuidar debidamente del sueño, su gestión no es una técnica misteriosa, sino una práctica de sentido común, para tener como respuesta un descanso completo que nos permita recuperar energías para el día siguiente.

Y en tu caso: ¿Cómo estas durmiendo actualmente? ¿Lo consideras sueño  profundo? ¿Cuántas horas duermes diariamente? ¿Acostumbras dormir alguna siesta en el día? Y pueden surgir una infinidad de preguntas, lo importante es dormir bien y sentirse descansado durante todo el día. Si sientes la necesidad de dormir una siesta y tus actividades te permiten hacerlo,  no lo dudes ni un momento; para lograrlo en forma descansada, procura no haber comido demasiado, ubicarte en un lugar tranquilo y en algún mueble o sofá cómodo, de esta manera te beneficiarás logrando un sueño profundo que multiplicará tu rendimiento durante el resto del día y en ocasiones puedes prolongar una velada cuando se hace necesario. Lo importante es que sientas una tranquilidad y confianza para dormir bien por la noche y sobre todo al día siguiente levantarte de buen humor que será lo mejor que puedas hacer para lograr un maravilloso rendimiento durante todo el día que será benéfico y ventajoso para ti. De modo que… a dormir bien y felices sueños.

 

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