A QUÉ SE DEBE LA FALTA DE LECTURA,

VER Y NO LEER.

Con frecuencia se escucha que el mexicano no lee y aunque es una verdad a medias, lo  cierto es que existen muchos inconvenientes para lograr que la gente disponga de cultura suficiente para leer, además de otros inconvenientes que pueden resultar muy generalizados tomando en cuenta que durante los últimos doce meses solo el 27% de la población ha leído un libro, el 86% no conoce lo que es una exposición de libros, el 43% no conoce una biblioteca, el 24% no tiene un libro en casa, lo cual resulta muy triste es ver que la mayoría de los mexicanos no se interesa por leer y ampliar un poco sus conocimientos a través de la lectura. Estos son datos que presenta el Consejo Nacional para la cultura y las Artes en un universo de 32 mil personas mayores de 13 años, y representan mil en cada Estado del país, incluyendo al Distrito Federal.

Lo concluyente es que de ese 27% que en México leyó un libro en los últimos doce meses, en Inglaterra lo hizo el 87% y en Francia el 71% y por si faltaba algo que agregar, de los mexicanos que dijeron haber leído en ese período, solo el 13% terminó la lectura del libro.

Las causas por las que la gente  no lee principalmente se debe a que no se ha estimulado la lectura y no se promueven campañas para que desde las escuelas se promueva la lectura en los niños, por lo que algunas de las causas de no hacerlo, son:

·        Una gran parte corresponde a que millones de gente pobre que no sabe leer y en gran número se forma por universitarios que no les gusta hacerlo, y nunca lo han intentado.

·        Las librerías han invitado a la gente a leer y a pesar de los anuncios de Gandhi en las calles no es suficiente.

·        Los padres quieren que sus hijos lean pero no saben la clase de lectura a recomendar en determinada edad.

·        La gente expresa para qué lee si eso no le sirve de nada en sus actividades solo es pérdida de tiempo.

·        La S.E.P. no promueve campañas que produzcan el interés, conocimiento, sensación de aventura y gozo en la buena lectura.

·        Los alumnos dicen que les dejan leer La Ilíada, o El Quijote en dos semanas y presentar un resumen y aprenderse nombres de memoria de los protagonistas.

·        La información la prefieren resumida, ya que los libros son muy aburridos.

·        Cuál es el objeto de la lectura si el contenido no les sirve de nada.

Y otras tantas opiniones que se han obtenido de los encuestados, sin tomar en cuenta que en la lectura de los libros se gozan en forma perfecta. Tampoco se considera que leer un libro siempre será de utilidad y en cada libro se encuentra algún aspecto relacionado con la propia vida del lector además de que amplía su cultura y que en la vida práctica, le ayudará a pensar en forma  diferente.

Una sociedad como la nuestra que goza de suficientes libertades, necesita ciudadanos responsables, que dispongan de criterios independientes y por lo mismo sean difíciles de manipular y estén conscientes de emitir opiniones conscientes de beneficio para las mayorías que tanto necesitan una guía debidamente documentada para acercarnos cada vez más al mundo en que quisiéramos vivir.

Hagamos un esfuerzo para lograr una reconstrucción fantástica, con una imaginación que goce de libertades por la que tanto lucharon nuestros antepasados y que en forma condensada han plasmado en libros novelados como una contribución de la literatura al progreso, recordándonos que el mundo es irregular y que podría estar mejor, más cerca de lo que nuestra imaginación es capaz de inventar.

Sin esa insatisfacción y rebeldía que ha sido plasmada en diversos libros, viviríamos todavía en estado rudimentario y a estas fechas no habría nacido el individuo ni la ciencia ni los derechos humanos serían reconocidos como lo son a la fecha, ni la libertad existiría como la que gozamos actualmente. Todos estos actos han surgido por la rebeldía contra la vida que se han ido consiguiendo a base de inconformidades y simpatías que se han conseguido a base de una cultura manifiesta.

Por esa razón quienes tenemos oportunidad de gozar de conocimientos suficientes que hemos ido consiguiendo a base de lucha y esfuerzo, de promover la lectura en las nuevas generaciones y la mejor forma de hacerlo será que las familias promuevan entre los suyos, los mejores sistemas de lectura, para que a su vez esos descendientes lo hagan con sus familiares y así sucesivamente, sin esperar a que terceros tomen esa iniciativa, ya que ni siquiera las autoridades educativas disponen de interés en hacerlo a grandes niveles que mucho ayudarían a nuestro país si verdaderamente lo hicieran como parte de su compromiso contraído al asumir esos cargos de responsabilidad intelectual.