jueves, 27 de octubre de 2016

SANTA TERESA DE JESÚS LEYENDA VIVIENTE.

Santa Teresa de Jesús.
En días pasados fue celebrado el día de las Teresas y mi esposa celebra su santo y cumpleaños en esos días y por lo mismo guarda desde hace muchos años un reconocimiento especial a Santa Teresa como mujer y a su obra, por lo que a mí me ha despertado el interés de conocer un poco más sobre su vida, por lo que para edificación del mundo dejó lo que Paulo VI denominó “el esplendor de la sabiduría cristiana.

Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en el año 1515, conservando la ciudad su sabor medieval con callejuelas y casas de cuadrangular estructura donde creció Teresa en el seno de una familia alegre y numerosa.

La ahora Santa inició su actividad a la edad de 20 años ingresó al convento de la Encarnación para tomar el hábito de las Carmelitas donde pasó 27 años de completa espiritualidad y para esto hay testigos que juraron haberla visto elevarse y quedar suspendida en el aire largo tiempo.

Se dice que su rostro parecía iluminado por una luz interior y su cuerpo perdía todo peso y le parecía que le hablaban voces interiores y veía ciertas visiones. Todo esto le hacía considerar que más parecía una hostería de postín que un Convento; por lo que ella se propuso fundar su propio monasterio, donde unas pocas aspirantes con auténtica vocación pudieran dedicarse a una vida de verdadera pobreza.

Ante mucha negación de las religiosas de la Encarnación, fue necesario que intervinieran las autoridades eclesiásticas para apoyar la “noble locura de Teresa” para permitirle conservar la casita de piedra que se levanta actualmente en las afueras de la ciudad. En esta forma se originó la Orden de Carmelitas Descalzas con hábito burdo y oscuro sayal cubierto con capa blanca y alpargatas.

Cada monja disponía de su propia celda con sus camas de jergón de paja y Teresa usaba un tronco por almohada, se practicaban prolongados ayunos y trabajaban intensamente con el fin de ganar dinero para el sustento de la casa. Cada celda disponía de un jarrón de agua para el aseo. La fundadora fue una incansable defensora de la limpieza y el orden.

Ella se aplicó en su celda a relatar el valor de sus experiencias para que la Iglesia tuviera una constancia de sus vivencias, habiendo utilizado el antepecho de la ventana. “Lo escribo casi hurtando tiempo y con pena, porque me estorbo de hilar, por estar en casa pobre y con hartas ocupaciones”. Con un lenguaje llano surgió su famosa autobiografía La Vida” que figura entre las obras clásicas del mundo.

Teresa fue censurada por “desobediente” y los superiores del viejo Carmelo, le ordenaron que se abstuviera de fundar nuevos conventos; finalmente intervino el propio Felipe II y con todo el peso de su autoridad, para apoyar la reformación de la nueva Orden. Los hombres también pidieron que se les admitiera en su reformación y en vida de la Santa se fundaron 14 monasterios de frailes descalzos. En Abril de 1582 fundó en Burgos la decimoséptima y última comunidad de religiosas.

Su delicada salud fue incapaz de soportar ese ritmo de actividad incansable, sufrió una hemorragia que la obligó a guardar cama y el 4 de octubre pronunció sus últimas palabras:

“Ya es llegada la hora que salgamos de este destierro, Señor, y mi alma goce en uno contigo de lo que tanto he deseado”



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