jueves, 20 de octubre de 2016

BASTA DE VIOLENCIA EN TELEVISIÓN.

Familia ante el televisor.
Si nos proponemos a revisar diariamente los medios de publicación escrita encontraremos que las noticias de la nota roja (violencia) predominan en un noventa por ciento de la situación que prevalece en nuestro país; además  si agregamos la información diaria en la televisión y el típico menú que ofrecen las telecomedias que se transmiten diariamente en sus horarios estelares. También los noticieros que muestran el impacto negativo de los programas violentos en la conducta de los espectadores.

Diversas investigaciones se han hecho y muestran que la sobredosis de violencia en la televisión y el cine dan origen a comportamientos agresivos que muestran las tácticas y métodos delictivos donde los agresores permanecen siempre en libertad y sus fechorías quedan impunes. Los expertos también opinan sobre la cantidad de violencia que los menores teleadictos ven en la  pantalla. Muchos profesores coinciden en opinión, de que la televisión ejerce cada vez más influencia en la conducta de los niños.

Si bien la violencia siempre ha ocupado un papel preponderante en la conducta popular y la pantalla de la televisión hacen más contundente su influencia. La televisión que es muy activa en movimiento, color, sonido, secuencias rápidas, efectos especiales que la hacen más interesante, mantiene la atención de los niños, acostumbrados a la acción desde muy pequeños y con esas lecciones, tienden a superar lo que ven.

No obstante el creciente rechazo de la violencia en la pantalla por parte de algunos sectores de grupos organizados mexicanos sin ningún efecto, ya que los teledifusores insisten en que no le dan al público más que lo que desea.

El debate de los efectos de la violencia de la televisión en el público y en especial el joven, ha aumentado en últimas fechas y aunque la televisión ha acostumbrado a muchos espectadores a ver la violencia, se ha determinado que la censura no es la respuesta adecuada.

Gran parte de la educación debe empezar en casa cuando los padres tienen la obligación de orientar a sus hijos para ver la televisión, empezando por caricaturas aparentemente inofensivas y solamente en corto tiempo como un estímulo de sus labores escolares terminadas. Conviene asimismo, que de ser posible se sienten con sus hijos frente al televisor para aclarar las dudas que pudieran presentarse.

También hace falta educar al público para el manejo de la comunicación masiva y su aplicación en la práctica, para que no crean que todo lo que se ve es bueno ni todo lo que se escucha es aplicable en su vida personal. Algunos profesores de enseñanza básica del país ya aplican por su cuenta ejercicios donde sus alumnos aprenden a seleccionar los programas que ven y aplicar en su vida práctica lo que les es muy necesario.

Mucho cuidado con los teleadictos que pasan 6 o más horas ante un televisor, por todo el desequilibrio que les origina en su actividad diaria.



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