jueves, 1 de octubre de 2015

MENSAJE PAPAL ANTE LA ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS.

Mensaje Papal ante la ONU.
Antes de comentar el discurso Papal en las Naciones Unidas, vale la pena rememorar que muchos mexicanos creíamos que al viajar el Papa Francisco a Cuba y Estados Unidos, haría una escala en la ciudad de México. La realidad fue otra, continuó su trayectoria directa sin visitar a México, a pesar de ser el segundo país con mayor número de católicos en el mundo. La realidad es que hace varios meses hubo un reclamo al Papa  por parte de Relaciones Exteriores de nuestro país hacia el Vaticano por algún tipo de declaraciones. Es una lástima porque nosotros los mexicanos suponíamos que ahora sí vendría el Papa a México.

Muchos tuvimos la oportunidad de seguir su viaje desde su estancia en Cuba hasta su llegada a Washington y su posterior arribo a New York con la constante presencia de miles de asistentes durante el paso del Papa Francisco en el vecino país del norte.

El discurso se ha considerado histórico ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, durante este quinto viaje papal a ese auditorio, luego de Pablo VI, Juan Pablo II dos veces y Benedicto XVI. Dicho discurso fue elogiado por Ban Ki-moon, máxima autoridad de la ONU, quien expresó que su pieza oratoria representa la “nueva diplomacia mundial”.

El mensaje ha sido muy oportuno y se ha considerado como una carta que ha llegado a todos los medios, sobre todo a los políticos que mucho lo han criticado. Está hecho en favor de los pobres en un afán ilimitado de bienes materiales y en favor de los derechos humanos y el medio ambiente.

Sin hablar de religión y sin mencionar el nombre de Dios, dijo que el hombre debe servirse de la creación para bien de sus semejantes y sin abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla, ya que el medio ambiente es un bien fundamental.

Rechazó la guerra y el comercio de las armas debido a que es una amenaza del ambiente. Denunció la tendencia de la proliferación de las armas sobre todo las nucleares, su uso constituyen un fraude a la finalidad que persigue Naciones Unidas por ser contraria a sus principios.

El Papa hizo un llamado para que cese la persecución de los cristianos por parte de extremistas islámicos en el Oriente Medio, Norte y África. Habló en favor de los cristianos, que no quieren dejarse envolver por el odio y han sido testigos de la destrucción de sus lugares de culto y su patrimonio.

Habló en favor de las familias como células de desarrollo en cualquier ambiente social a fin de que todos tengan la mínima base espiritual y en lo material: techo, trabajo y tierra y un nombre en lo espiritual, libertad religiosa, derecho a la educación y todos los derechos civiles. El Santo Padre recordó en otra parte de su discurso que “inscrita en la propia naturaleza humana” se encuentra “la distinción natural entre hombre y mujer”.
El Papa advirtió que “otra clase de guerra que viven muchas de nuestras sociedades” es el narcotráfico. Es una guerra que ha sido pobremente combatida. Es una corrupción que ha penetrado en todas las sociedad y ha sido pobremente combatida y pone en riesgo la credibilidad de todas nuestras instituciones.
Habló en defensa de la vida como pilar del desarrollo humano como causa común de los hombres de los pobres y de los ancianos, de los enfermos y de los no nacidos, de los abandonados y de los desocupados y de todos aquellos que solamente se les considera como un número en las estadísticas.
Fue un discurso de mucha trascendencia en favor de los menos favorecidos y poniendo en claro muchas verdades que han sido calladas por intereses comunes en todos los medios; muchos conceptos mencionados por primera vez en la Organización de las Naciones Unidas.


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