lunes, 26 de octubre de 2015

REFLEXIONES EN ESCOLARIDAD.

Alumnos en Escuela Primaria.
Mis primeros años escolares recuerdo haberlos cursado en mi ciudad natal Orizaba y si bien hago memoria podría recordar a quienes fueron mis maestros a quienes tengo en mente, quienes nos dieron el mejor trato desde los primeros años en que nos enseñaron a leer y escribir y todos los primeros conocimientos, empezando por el respeto a los mayores y la amistad  a los compañeros de clase.

Nosotros como alumnos, nos correspondía tratar a los profesores con atención y respeto, atendiendo a sus indicaciones y horarios asignados dentro de nuestras clases. Así transcurrieron mis años escolares de la instrucción primaria, habiendo terminado la primaria en la escuela “Ignacio de la Llave” (la Cantonal) que estaba ubicada a un costado de la Alameda Central a la orilla del Cerro del Borrego.

Hago este relato porque guardo mucho cariño a mis maestros de primera enseñanza y al trato que nos dieron en todo momento, porque nos estimularon a continuar nuestros estudios en los siguientes ciclos, sin desaprovechar la oportunidad que teníamos de continuar nuestros estudios hasta niveles universitarios.

Recuerdo que en aquellas fechas, las mejores escuelas de enseñanza primaria fueron las establecidas por el gobierno, habiendo solamente una escuela particular la “Manuel M. Oropeza”, con estudios reconocidos, pero siempre nuestras enseñanzas se consideraban de mejor calidad, a decir de muchas autoridades de aquella época.

Lo cierto es que el alumno fue considerado como el “centro de la educación” y nunca supimos que hubieran tenido reuniones los maestros para planear alguna suspensión de sus actividades, se regían por el calendario escolar que nos daban a conocer durante los primeros días de clases del año escolar.

Volviendo a la realidad y situándome en la época actual, me doy cuenta que el alumno que es el verdadero beneficiario de la educación está considerado como un elemento secundario. Los gobiernos le dan atención al sindicato y a los maestros para atender sus peticiones, dejando en último término la educación del niño en edad escolar, que en una evaluación de conocimientos escasamente logra una calificación aprobatoria.

Además el denigrante papel que representa el maestro de escuela en la actualidad, cuando se presta a marchar como protesta contra las autoridades, obstruyendo calles, provocando disturbios, prestándose a pintas callejeras y con esa actitud retadora, dejando a sus alumnos a la deriva, con paros y huelgas sin fin, como si no sintieran responsabilidad alguna al dejar abandonados sus grupos que en cualquier evaluación de conocimientos, no alcanzan la mínima calificación aprobatoria.

El problema actual es que otros países prestan mejor atención a sus educandos en instrucción primaria y la economía de los países no soportará la utilización de gentes mediocres en conocimientos, en lugar de personas creativas que contribuyan con su participación al desarrollo de una economía moderna.

Por esa razón las escuelas privadas se han encargado de educar a los hijos de familias con amplios recursos, donde se observan avances en la educación de manera exitosa y son los estudiantes seleccionados que tienen la posibilidad de escalar las mejores oportunidades de éxito en sus respuestas de actividad laboral.


Esperemos que se recapacite y se pueda apoyar en las escuelas públicas a los alumnos que acuden a recibir educación gratuita, por corresponder a mejorar el nivel de las escuelas de educación primaria, que antaño fueron los planteles que dieron los mejores alumnos considerados como los hombres del futuro.

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