martes, 21 de mayo de 2013

CÓMO SE ENCUENTRA TU SUEÑO.


Se dice que mucha gente está durmiendo poco, y por exceso de actividades se acuesta tarde y en otros casos por cuestiones laborales se debe levantar muy temprano. Con frecuencia escucho que dice no poder dormir “por falta de sueño” y por lo mismo revisa espera hasta el último noticiero nocturno y duerme poco y mal. En otros casos el abundante trabajo le ocasiona una serie de responsabilidades y preocupaciones en su empresa, que con frecuencia “le causa insomnio” y  con sueño escaso. También hay personas que ya se han acostumbrado a dormir poco tiempo, con tres a cinco horas de sueño es suficiente y pueden estar despiertos todo el día.

Recogiendo muchas versiones, se entera uno de lo más variado de opiniones y da la impresión de que la gente no se preocupa mucho por dormir las ocho horas de sueño que: por costumbre, la tradición y los expertos en sueño, dicen es lo necesario para que el cuerpo se recupere de las energías consumidas en un día normal. Lo que todos sabemos por nuestros antepasados es que “el sueño es vida” y que dormir poco puede tener graves consecuencias con el paso del tiempo.

Casi todos tenemos una idea de que la falta de sueño es causa de una perturbación en perjuicio de nuestra salud; aunque con frecuencia no acostumbramos dar importancia a los graves peligros que esto representa para la conservación de nuestra salud. De acuerdo con las opiniones de los centros de investigación del sueño, y como resultado de sus expertos, se ha considerado que los tres principales factores para una buena “Salud y larga vida” son: a) el sueño, b) una buena alimentación y c) la práctica frecuente de ejercicio. Debidamente atendidas estas tres fases, son la fórmula perfecta para disponer de una vida sana, con una longevidad duradera y sobre todo con una buena “calidad de vida”

Para conservar esa calidad de vida en todas las edades y se maneje un sueño continuo que puede estar comprendido entre seis y ocho horas diarias de un solo impulso, es necesario disponer de una disciplina de nuestro tiempo, para conseguir primero el tiempo necesario para poder dormir una jornada completa y segundo disponer de la tranquilidad completa para descansar, ya que el sueño aporta una recuperación a la vez física y nerviosa.

El tiempo que empleamos en dormir ocupa una parte tan importante de nuestra existencia que debería suscitar gran interés y grandes cuidados. En la realidad no ocurre así, ya que la actividad exalta la acción y la vigilia. Hoy en día millones de hombres y mujeres duermen menos y roncan más, les abruma el insomnio y se pasan la noche dando vueltas en la cama, observando el reloj y en ocasiones rezando hasta llegado el amanecer. Les afecta mucho una epidemia de fatiga que  puede enfermar a la gente de estrés que se produce por preocupaciones en el trabajo, intolerancia al manejar su vehículo y a los adultos les acelera un envejecimiento prematuro.

Muchas personas acuden a la ayuda profesional, sobre todo ahora que el insomnio puede ser vencido con éxito sin necesidad de recurrir a fármacos, aunque muchas veces es producido por falta de tiempo para dedicarlo al sueño, que es una necesidad básica. La incidencia de no dormir bien, puede ocasionar una serie de malestares, destacando el mal humor por padecer insomnio por varias semanas, otros padecen la falta de sueño casi a diario y hay personas que aunque duermen bien, no descansan lo suficiente por las pocas horas que dedican al sueño o se acuestan demasiado tarde por necesidades familiares o laborales.

Algunas veces cuando hemos sufrido insomnio, se puede atribuir a diferentes causas, sobre todo cuando las preocupaciones son mayores, originadas principalmente: por el fallecimiento de un familiar cercano, por un divorcio, por una crisis nerviosa, por algún accidente sufrido, o por un problema laboral al existir la posibilidad de llegar a perder un empleo. Se dice todo el tiempo que se pasa en la cama sin poder dormir y tratando de conciliar el sueño sin resultado alguno, es contraproducente y no hace sino empeorar el problema.

Hay ocasiones en que la gente cuando duerme mal, acostumbra reponer el sueño con dormir una siesta que puede durar de media hora o un poco más, donde se recupera con un sueño lento y muy profundo. La siesta puede estar de acuerdo con nuestro buen ánimo. Las primeras horas de la tarde pueden ser las más adecuadas para conciliar el sueño con mayor facilidad, mejor que a la hora habitual de acostarse.

Lo importante es dormir bien para descansar mejor y recuperar con el sueño, las energías que hemos usado en nuestras diversas actividades diarias porque todo ello contribuye a disponer de una buena salud.

 

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