Una Mano Amiga. |
Un
gesto amable y altruista que hagas a otra persona, puedes hacerle un día
especial o de ser posible, cambiarle la vida. Cuando haces una buena obra
puedes experimentar una grata sensación de paz interior y tranquilidad.
Generalmente los actos amables producen un estímulo emocional, equivalente al
de las endorfinas, las sustancias naturales del organismo que te llenan de bienestar
después del momento en que has practicado un acto noble, lo que te provoca amor
que es benéfico para el corazón.
La
ira puede constituir lo opuesto de la amabilidad, por las descargas de
adrenalina y cortisol, que corresponden
a las principales hormonas que contribuyen a las cardiopatías; ya que la
amabilidad unida al amor y a la ternura, estimulan el sistema nervioso y
aumenta la sensación de serenidad.
Es
posible que la amabilidad la manifieste con un cumplido por parte del
beneficiado o con un buen gesto, lo cierto es que nosotros que hacemos el
servicio en forma inesperada, es de corazón y con la idea de brindar salud y
felicidad a veces de manera asombrosa.
Para
realizar estos actos, no se requiere heroísmo ni estrategia para hacer el bien.
En realidad es muy fácil mejorar la actitud en forma cotidiana. Si tú te
propones realizar una buena acción, trata de hacerlo en forma diaria durante el
curso de un mes, es posible que ni te des cuenta del bien que originas, tu
estado físico se sentirá más fortalecido. Con el servicio que hagas, quizá no
cambies al mundo, pero con cada buena obra que realices, podrás lograr para
otra persona, un lugar mejor.
Dentro
de alguno de los eventos que puedes realizar que no tendrás dificultad en
hacerlo y sí puedes incorporar el bien a otra persona, puede ser por citar
algunos casos:
·
Si compras libros,
trata de adquirir uno extra y lo puedes donar a un asilo, con un tema adecuado
y mucho bien conseguirás de quien lo lea.
·
Cuando hagas fila
en la caja del supermercado con un carrito lleno de mercancía, deja pasar a quien
está atrás de ti con un solo artículo.
·
Procura hacer una
donación de sangre y estarás regalando vida.
·
Elogia a tus hijos
y trata de estar por encima de los inevitables conflictos de la vida familiar.
·
Procura dar las
gracias a todo el mundo. Al portero, a la camarera, al cartero, al dependiente
de la tienda, a la gente que trabaja contigo.
·
Al pasar una
caseta de cobro en la autopista, paga el servicio al automovilista atrás de ti.
Procura
si tu tiempo te lo permite, colaborar como voluntario en una Organización o una
Fundación que se dedique a atender: niños, niñas, ancianos, enfermos en donde
podrás prestar un servicio en beneficio de tanta gente que tiene mucha
necesidad de afecto y de establecer comunicación con alguien que le escuche sus
problemas.
En
la Ciudad de México existen más de 550 Fundaciones y Organizaciones que dan
servicio en sus diferentes especialidades al público y cualquiera de ellas te
puede estar esperando para cubrir un voluntariado de caridad, que mucho bien le
harás a quien tú puedas atender y sobre todo el más beneficiado serás tú que
tendrás una grata satisfacción de bienestar por un servicio otorgado a quien
verdaderamente lo necesita.
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