martes, 20 de junio de 2017

SOR JUANA INÉS LA PRIMER FEMINISTA DEL MUNDO.

He conocido con mucho detalle un pueblecito muy pintoresco en el Estado de México, llamado Nepantla y podría decir hasta famoso por ser el lugar donde nació en el año 1651 la primera feminista del nuevo mundo “Sor Juana Inés de la Cruz”, que sin tanta presunción está considerada en el mundo de habla española, que luchó por la liberación de la mujer de su época.

Conozco ese lugar donde se levanta un monumento a la memoria de esa extraordinaria mujer de la época colonial, donde se alza una escultura de bronce con la figura de esta ilustre mujer, precisamente frente a una ya ruinosa casa de adobe en que nació y el conjunto está encerrado en un edificio de estuco y piedra.

En el México de su tiempo solo los hombres podían instruirse y la mujer estaba condenada a la ignorancia y no se le permitían más ocupación que los propios del hogar y correspondió a Sor Juana ser la primera   mujer que se rebeló contra la idea de que el conocimiento sobraba y aun dañaba al sexo femenino. Consideró que la sociedad sería muy distinta cuando la mujer se encuentre en igualdad de circunstancias.

En aquellas fechas se juzgaba el interés de Juana Inés por los estudios como cosa imposible y la consideraban como impostora y sus conocimientos una farsa. Para comprobar esta situación, el Virrey invitó a 40 letrados a examinar a la joven  en sus disciplinas. Entre ellos como interrogadores, hubo muchos aplausos y elogios mientras ella se justificaba ampliamente.

En 1967 cuando decidió convertirse en monja, la corte recibió la noticia con mucha conmoción. A los 16 años ingresó al convento de San José de las Carmelitas Descalzas. Después su confesor le aconsejó que ingresara a la  Orden de San Jerónimo, por lo que el 24 de febrero de 1669 profesó como monja concepcionista.

En su acogedora celda del convento acompañada de los libros, Sor Juana escribió poemas, ensayos y villancicos, autos sacramentales y comedias.
Su Primer Sueño, poema filosófico que es un canto al anhelo de conocimiento, es considerado como uno de los ejemplos del barroco literario. Ilustres personajes de Europa y del Nuevo Mundo la visitaban y llenaban su celda con regalos de libros, de instrumentos matemáticos y musicales y de globos terráqueos.

En 1689 se publicó en España un volumen dedicado a la poesía de Sor Juana y sus poemas amorosos y le conquistaron una popularidad inmediata, por su parte los consideraba simples artificios escritos por petición ajena y en opinión de los altos prelados resultaba escandaloso que una religiosa escribiera esa clase de poesía.

Sor Juana meditó un año y luego dio a conocer su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz. Esas páginas autobiográficas están consideradas como obra maestra de la prosa y el escritor y  crítico Alberto G. Salceda se ha referido a ellas como la “Carta Magna de la libertad intelectual de las mujeres de América”
Convento.

Como siempre había atendido a sus hermanas enfermas alojadas también en el convento. Una epidemia de peste se abatió sobre la Nueva España en 1695 y Juana Inés contrajo ese mal. Murió poco antes de cumplir 44 años.

Don Carlos de Sigüenza y Góngora vio reunido en la sola presencia de la monja, a todas las mujeres que se distinguieron en la historia por su sabiduría. Tal vez sea este el mejor epitafio a la memoria de Sor Juana Inés de la Cruz.







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