miércoles, 7 de junio de 2017

REMBRANDT Y LA PINTURA BARROCA.

Rembandt.
El próximo 15 de julio se cumplirán 411 años del nacimiento de Rembrandt Harmenszoon van Rijn,  en Leiden y fue el octavo de nueve hijos de un acaudalado molinero y asistió a la escuela latina de su aldea. Más tarde estudió varios años en la universidad y comenzó a estudiar pintura, pero su futuro le esperaba en Ámsterdam (1631) la capital más grande y disponía de una perspectiva internacional y un amplio ambiente artístico.

Tres años más tarde se casó con Saskia van Uylensburgh hija del burgomaestre de Leeuwarden y familiar de un comerciante de arte. El matrimonio introdujo a Rembrandt en círculos sociales más elitistas que le ayudó a prosperar como pintor, habiendo adquirido una elegante mansión por 13,000 florines en 1639.

Cuando Rembrandt y Saskia se mudaron a su nuevo hogar ya habían sufrido la muerte de su hijo mayor a los dos meses de nacido y posteriormente la segunda tragedia al  morir su hijo menor al mes de edad. Su tercer bebé que fue una niña nacida en su mansión, también murió a las pocas semanas de nacida. Después nació su hijo Titus que, por fortuna ese sí sobrevivió. Pero la tragedia le golpeó en 1642 pues su esposa Saskia murió.

A los 26 años de edad, Rembrandt pintó su primer retrato de grupo: “La Lección de anatomía” en el que un profesor y sus alumnos se inclinan sobre el cadáver semidesnudo de un criminal. Posteriormente en 1642 (el mismo año en que murió Saskia) terminó su máxima obra “La Ronda de Noche”, cuyo título original es La Compañía del capitán Frans Banningh Coccq y el teniente Willem van Ruytenburch.

Este último cuadro fue expuesto en el Palacio del Ayuntamiento se expuso entre 1715 y 1808. Se supone que la pintura se colocaría entre dos puertas, pero resultó demasiado grande y fue recortada por los 4 lados. De hecho, uno de los recortes fue tan amplio que desaparecieron 2 personas del cuadro, en el boceto en miniatura de la obra, aparecen los dos hombres.

Rembrandt tenía 50 años cuando se declaró en quiebra. Se consideraba como un hombre depresivo pero aun orgulloso, como una persona que ha vivido experiencias terribles. De hecho fueron muchas tragedias para una sola persona, la muerte de sus tres hijos y de su esposa, los problemas con sus amantes (Hendrikje y Geertje), la ruina económica y verse obligado a vender su casa. Su popularidad iba en descenso, no todo el mundo hubiera querido ser retratado al estilo desenfrenado y original de Rembrandt.

Su obra “La conspiración de Claudio Civilis o La Conjura de los bátavos” que originalmente medía 5.5 metros (en la actualidad se expone una reproducción de 1.96 por 3.09 mt) y que había sido comisionada por el Ayuntamiento, fue expuesta por un corto período antes de ser devuelta al pintor. Tal vez no les gustó la pintura a los funcionarios. En cualquier caso Rembrandt debió sentirse profundamente ofendido.


En su imagen se observa hinchado y con mirada triste, ese es el prodigio de sus autorretratos. Actualmente miles de personas viajan a Amsterdam para conocerlo a él y a su obra, mientras sus pinturas y grabados permanezcan con nosotros, a él lo consideraremos con todo el honor de su gloria.


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