lunes, 27 de marzo de 2017

SIEMPRE BUSCA HALLAZGOS FELICES.

Durante dos viernes al mes acudo a un desayuno con mis compañeros  de generación de la Escuela Profesional y casi todos esos jóvenes han cumplido 80 años que se considera la Edad de Oro. Todos en conjunto comentamos las experiencias que nos ha dado la vida, las enseñanzas de éxitos y fracasos que hemos vivido; primero como estudiantes y compañeros de escuela, después en actividades diferentes, quienes nos realizamos en nuestra etapa activa y ahora hemos cedido+ el paso a las nuevas generaciones ejerciendo nuestro retiro a la vida privada.

Lo cierto es que para llegar a los ochenta años, es necesario guardar una serie de disciplinas y no se llega por suerte, es fuerza de voluntad, espíritu de conquista, impulso hacia adelante, el cual nunca hay que perder jamás.
Cultivar un pensamiento positivo que te acompañe en todo momento y tratar de buscar hallazgos felices con cariño satisfacción y alegría. Hay vínculos arraigados entre el corazón y el cerebro y desde temprano es suficiente un pensamiento positivo o una sonrisa para cuidar la presión arterial e infundir buen ánimo siempre.

La mejor recomendación que se puede hacer es ver el mundo mejor de lo que es, pero nunca verlo peor. Es verdad que el mundo es incierto como ocurrió al término de la segunda guerra mundial y después la revolución industrial y fueron mayores los temores que vivió la humanidad y finalmente se logró seguir adelante.

Lo cierto es que el mundo también es maravilloso. Dispuso de avances científicos, médicos y tecnológicos que nunca habían sido tan espectaculares. Durante los últimos años hemos ganado tiempo en la esperanza de vida, las soluciones al hambre, escases de agua, las enfermedades virales y ante todos estos problemas, dejemos de ver medio vacío el vaso del mundo; está lleno de promesas que siempre están a favor del género humano.

Guardo en mi memoria los pensamientos  y sueños positivos y los recuerdo cuando me invade una emoción negativa. He creado mi “cajón de recuerdos” en los que guardo las fotos de mis seres queridos y todas aquellas cosas agradables que me han ocurrido a lo largo de mi vida y doy cuenta que esto me hace bien y me causa buenos efectos en quienes me rodean.

A los optimistas todo les inspira el deseo de mejorar que es el pilar del conocimiento. Adquirir aptitudes, incluida la técnica, que conforma nuestros horizontes y -nos brinda felicidad. A los pesimistas les falta curiosidad y por lo mismo dejan pasar las oportunidades de descubrir cosas nuevas y conocer grupos de personas para ampliar sus relaciones.

Los nuevos conocimientos recompensan nuestros esfuerzos y contrarrestan los reveses y las frustraciones. Pronto te darás cuenta que ser generoso y manejar tus asuntos con bondad, te hace bien y siempre tienes buena respuesta en quienes te rodean. Busca grandes hallazgos o plantea retos pequeños que puedas alcanzar. Lo principal es mantenerte despierto con el deseo de aprender.






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