jueves, 28 de noviembre de 2013

LA LIBERTAD PERSONAL.


Muchas personas buscan su libertad personal en sus grupos familiares y entre sus amigos, donde luchan que se les respete como personas y se niegan en aceptar que otras personas o grupos les hagan indicaciones de la forma en que deben manejar su vida y en ocasiones lo consiguen; pero como una ironía de la vida en sus relaciones profesionales llegan a esclavizarse en las instituciones o empresas que les retribuyen sus servicios, donde no tienen voz ni voto en lo que se refiere a dirigir sus vidas personales, ya que no disponen de energías ni tiempo en otra cosa que no sea la atención que brindan a sus compromisos laborales.

Es necesario considerar que todas las instituciones, organizaciones, escuelas y empresas fijan sus condiciones y siempre piden más de lo que contratan, sobre todo cuando las ofertas de empleos no son tan frecuentes o prósperas y conceden más importancia a sus tareas propias que a la felicidad propia de su personal. Es importante mencionar que lealtad no significa privacidad, porque uno puede ser fiel a la firma y consagrarse a la atención de sus obligaciones con honradez y honestidad, sin que eso indique esclavizarse en sus funciones, tomando en cuenta que la lealtad ante todo se la debe dar la propia persona y no es aplicable cuando se les otorga menor importancia.

Las instituciones han sido creadas para servir al hombre y no a la inversa, ya que en el mundo real las grandes empresas sin la fuerza laboral no son nada. Son consideradas como un conjunto de maquinaria que sin uso están destinadas al óxido, instalaciones que en el abandono no son nada, con material inútil echándose a perder. El personal es el encargado de hacer que todo funcione en forma organizada, intervienen para que se cumplan todos sus compromisos y por lo mismo, debe retribuirles en la mejora de la calidad de vida del personal que interviene en su funcionamiento.

Para lograrlo, se crean sistemas de premios y recompensas para asegurarse de que su personal cumpla debidamente con su cometido, para cumplir las metas fijadas por la empresa y cuyos resultados le servirán para calificar los ascensos y promociones de sus empleados, de acuerdo a sus propias capacidades.

Lo que con frecuencia ocurre en una cultura globalizadora, donde  los ejecutivos de primer nivel, se dejan arrastrar al terreno de la competencia, ejerciendo graves presiones en su responsabilidad, obligándose a cumplir turnos sin horarios, abrumados por la tensión y con resultados perniciosos de manera destructiva que le afecte directamente a su vida personal. Además, tienen el inconveniente de disponer de poco tiempo para atender sus asuntos personales y escasa atención a sus familiares, siendo fáciles presa de aficionarse al alcohol, al tabaco y utilizar pastillas o insomnes que les permita permanecer activos en sus labores normales. (En México cada cuarenta minutos muere una persona por consumo de alcohol y en promedio la mortandad es de 13,164 casos anuales, el 65% de población son alcohólicos habituales).

La forma en que empleas tu lealtad corresponde a tu propia voluntad, puedes convertir en cosas importantes tu propia vida como es el hecho de alcanzar la felicidad y atender las responsabilidades de convivir más tiempo y amar a los miembros de tu familia. Puedes iniciar tu labor,   haciendo que tu vida funcione al concepto de lealtad a ti mismo. Es posible que así puedas conseguir mejores resultados en tu vida laboral y obtener un trato más agradable con todo el personal en tu área. Puedes convertirte en el ejecutivo de tu propia vida, proyectando la distribución del tiempo a tu manera, debiendo lealtad a tus instituciones, pero sin descuidar el camino que afecte la atención de tu salud, y lo que es más importante sentir la satisfacción de ser feliz en tu hogar y en tu centro de trabajo.

Pero si necesitas solo el reconocimiento de la empresa con el  objeto de satisfacer tu ego persiguiendo los aplausos de los demás a tu labor sin darle importancia a lo que se produce en tu interior, estarás consiguiendo predicciones de inseguridad y baja autovaloración; equivale a que tus méritos como ser humano dependerá que hagas tus labores a la perfección para superar todo el personal y te encuentres siempre en la cumbre; ¿que pasará cuando cesen esas aclamaciones y dejes de permanecer en la cima? No tendrás motivos suficientes para considerarte valioso; y tu torre de crecimiento se derrumbará en poco tiempo por la competencia existente entre todo el personal de la empresa.

 

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