jueves, 21 de noviembre de 2013

EN EL DAR ESTÁ LA RECOMPENSA.


“En el dar está la recompensa” es una sentencia muy antigua, pero considero que es cierta porque cuando das algo a quien lo necesita, también estás recibiendo algo, sobre todo si se aprende desde edad temprana a dar, llegarás a sentir una tranquilidad y una paz interior que nunca antes habrías creído posible, porque todos salen ganando, en especial tú.

Una vida dedicada al servicio es un proceso que abarca toda la existencia y es      una manera de apreciar mejor la conducta, sobre todo cuando sabes que los resultados son de utilidad para otras personas. Convertirse en una persona más generosa requiere acción, la mayoría de los actos de ayuda y generosidad parecen surgir más bien de modo espontáneo, como si la mente de la persona estuviera integrada por sí sola en el concepto de servir a los demás.

Ninguna cantidad de dinero puede comprar lo que uno obtiene, cuando es uno mismo el que da. Ninguna institución financiera te da más de lo que tú obtienes en esa acción. Hace tiempo leí un libro de George S. Clason, autor del libro “El hombre más rico de Babilonia” según dice su cintilla –puede hacerte rico y dispuesto a triunfar- y en una de sus enseñanzas dice: “debemos regalar el diez por ciento de todo lo que ganamos” y argumenta que “cuando uno ha obtenido algo, siempre se ve obligado a devolver algo” y otro concepto es “se crean valores para uno mismo y para los demás” y lo más importante es: decirle al mundo y a su propio inconsciente, que tú tienes más de lo que necesita el prójimo y deseas hacer algo, y partiendo de ese sentimiento o estado donde se vive en estado de permanente gratitud.

Es increíble pensar en una de las cosas que más deseamos en la vida es es alcanzar la felicidad y tenemos oportunidad de conseguirla de la manera más sencilla, esto es … dándola. Esta es una ley mágica que nos otorga la naturaleza.  Cuanto más des, más recibes”. Es como sembrar una semilla, siempre obtendrás la respuesta de recibir a cambio frutos con cien semillas. Es el caso cuando compartes una sonrisa con alguien, invariablemente la otra persona también te devolverá una sonrisa.

Si en algún momento te decides a dar alguna ayuda a otras personas, puedes empezar con algunos servicios, sobre todo ahora que son necesarias hacer donaciones a quienes han sufrido percances por las lluvias, el mal tiempo, el frío y las inundaciones que arruinan nuestro país. Otro tipo de servicios que tú mismo puedas ofrecer en tu lugar de origen, pude ser ayudar a minusválidos a atravesar una calle, ceder tu lugar a un mayor de edad en un transporte de servicio público, ceder tus libros que ya no leas a una escuela o biblioteca, enviar un cheque para obras de caridad.

La mejor forma de abatir ese miedo es convirtiéndose en dador. ¿Por qué? Porque cuando la persona se concentra en dar, no se preocupa tanto por lo que va a recibir. Mentalmente estará pensando en su yo interno: "yo doy, doy y doy” y nadie le cambia esa versión.

La clave consiste en proporcionar ayuda a los demás, otorgando servicios de utilidad como puede ser visitas a orfanatorios, asilos de ancianos, prestar ayuda a indigentes, sin preguntarse por qué los demás no son personas caritativas. Una vida dedicada al servicio a otras gentes es un proceso que abarca toda la existencia, y es una forma de ver la vida de otra manera.

Yo considero que la mejor manera de ayudar a otros semejantes, puede ser a base de pequeños actos que pueden pasar inadvertidos, dedicando tiempo y energía para escuchar a otras personas que lo necesitan, y otros detalles que te permitan alcanzar una meta como persona altruista. Desde un principio que me he propuesto prestar servicios a los demás, me siento más contento conmigo mismo, siguiendo ese pequeño refrán “En el dar está la recompensa” y eso lo he comprobado en la Fundación a la que le dedico tiempo, al platicar con las personas ancianas que se encuentran asiladas cuando escucho su plática, ellos se sienten muy halagados por el tiempo que les dedico y en algunos casos al término de la plática me agradecen y me han otorgado su bendición, lo cual es muy valioso en personas nonagenarias y me hacen sentir una paz interior completa e inesperada… ¡Es una actividad donde todos salimos ganando!.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario