jueves, 24 de octubre de 2013

PRACTICAR EL VOLUNTARIADO.

VISITAR AL ABUELO.

Esta temporada de lluvia ha sido muy devastadora para nuestro país sobre todo en aquellos lugares que son muy susceptibles a las inundaciones, considerando además del mal tiempo y de las inundaciones, todos los malestares que ha causado en diversos estados de la república, dejando una huella de desolación en varias poblaciones, ocasionando con ello diversos centros acondicionados para albergar a los damnificados que quedaron sin hogar y permanecen en espera de mejores tiempos para empezar a rehacer su vida.

Con ese motivo, acá en la ciudad de México se han dispuesto diversos lugares como centros de acopio para la provisión de alimentos, medicinas, agua embotellada y todo aquello que pudiera ser útil a los damnificados, así como también, diversas instituciones privadas han desarrollado campañas de ayuda con donaciones en víveres y dinero que puede ser depositado en diferentes cuentas bancarias, para destinar ayudas a todos esos hermanos en desgracia.

Ahora tuvimos oportunidad de ver el comportamiento del pueblo mexicano, tratándose de ayudar a todas esas personas que salieron afectadas por las lluvias, por la donación de diversas toneladas de alimentos que fue posible reunir para enviarlo a los lugares en que hacían falta. Surgieron voluntarios al por mayor en los diferentes centros de acopio, y gracias a ellos fue posible hacer los envíos en forma oportuna y ordenada.

Convertirse en un voluntario es una actividad muy honrosa correspondiendo al perfil de ser una persona bondadosa y afectuosa que requiere decisión para ayudar a otros que lo necesitan, siendo además  una persona de acción. La mayoría de los actos auténticos de bondad y generosidad parecen surgir más bien de modo espontáneo, como si la mente del voluntario se hubiera integrado por sí sola al concepto de servir a los demás, prestando ayuda en momentos necesarios, para cubrir necesidades en diferentes órdenes de servicio gratuito.  

Me he dado cuenta de que la filantropía se refiere en general al amor al género humano, expresado en ayuda desinteresada a los demás. Se refiere a fines no lucrativos, así como desempeñar el trabajo de voluntario para apoyar a instituciones que tienen como finalidad de ayudar a la gente, procurando mejorar sus vidas en forma desinteresada.

El voluntariado requiere dedicar tiempo para entregarlo en forma gratuita como un compromiso que tenemos con la sociedad. En mi conducta personal tengo incluida la siguiente máxima: ¿Cómo puedo prestar ayuda y otorgar un servicio a la comunidad? Y esta reflexión me ha servido para recordar siempre que tengo el compromiso para ayudar en lo que puedo a otras personas. Cuando dispongo de tiempo para plantearme esta pregunta, siempre encuentro que las respuestas surgen por sí solas y me encuentro las respuestas que fluyen por sí solas y la respuesta la he encontrado formando parte de un patronato de una casa hogar asilo para ancianos.

Es posible que tú también tengas oportunidades de poder ayudar a otras personas, surgiendo siempre la posibilidad de prestar ayuda, ante una serie de oportunidades que tienes en varios momentos y  que la manera de hacerlo se presenta en diversas formas y no necesitas hacerlo en forma grande, sino que siempre surgen pequeños detalles que después de hacerlo te dejan muy satisfecho. Esto puede ser: cediendo tu lugar a otra persona que lo necesita, permitir el paso de cortesía a otra persona, ayudar a una persona de edad o a un inválido a cruzar una calle, hablar ante un grupo de jóvenes para orientarles, otorgar algún donativo para una persona que le haga falta, levantar basura en un lugar público cuando nadie se acomide.

La clave en proporcionar ayuda, no tiene por finalidad solamente hacer una labor buena y hacer una única función y pensar después de eso por qué otras personas no se acomiden a desempeñar una labor buena o pensar porque otras personas no se acomiden en hacerlo por nosotros. Debemos tomar en cuenta que una vida de servicio es un proceso que debemos continuar, haciéndolo durante toda nuestra existencia útil, como una forma de ver la vida.

Si en tu casa o en tu oficina nadie se acomide a sacar la basura, adelante es la oportunidad que tienes para hacer un servicio; algún compañero atraviesa una situación difícil, trata de escucharlo que buena falta le hace desahogar sus malestares con alguien, si conoces alguna obra de caridad que tiene problemas, es posible que durante este mes ayudes con un poco más de tu aportación. Es posible que hagas una visita a un asilo, a un orfanatorio y tengas oportunidad de ayudar a quien verdaderamente lo necesita y puedas brindarle tu compañía por un momento.

Proporciona estas ayudas en forma desinteresada a otras personas y no esperes recompensa, recuerda el adagio que dice “En el dar está la recompensa” esto es muy cierto cuando doy también recibo, si aprendes a dar a los demás, llegarás a sentir una paz interior que antes no te habías imaginado, y si observas con cuidado… es un juego en el que todos salen ganando, en especial tú.

 

 

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