martes, 9 de abril de 2013

CUANTO MÁS AMOR DES - MAS RECIBIRAS.


Supongo que con el período largo de vacaciones, todos regresamos a nuestras actividades con mayores deseos de realizar aquellas cosas que teníamos pendientes de hacer y siempre habían quedado diferidas para otro momento. Lo cierto es que después de haber transitado por aeropuertos y varias estaciones de servicio, donde se apreciaba la alegría de las gentes y al recibir o despedir familiares o amigos, mostraban signos de alegría, gusto y sobre todo repartían mucho “amor” como muestra de cariño entre personas jóvenes, ancianos, niños y otros seres que sin trato continuo, aprovechaban momentos para demostrar su gozo y júbilo que compartían entre abrazos en momentos de felicidad y gusto por el hecho del encuentro.

Cuántas ocasiones tenemos deseos de saludar en forma efusiva y amable a una persona y nos retraemos por el hecho de no tratarla con frecuencia o pensar que puede tomar a mal nuestra cordialidad, aun en esos casos debemos dar la muestra y expresión de nuestro deseo de saludar en forma amable. Tal vez las personas transitan por la vida pensando en sus problemas, carencias, dificultades y limitaciones, no importando su medio de vida y al recibir una prueba de afecto y un saludo cordial, puede cambiar sus pensamientos y decida cambiar su polaridad negativa.

Lo importante es cambiar esos pensamientos negativos por una tendencia más cordial, sobre todo si sabemos que todos nuestros juicios que tenemos en mente, además de que nos dañan, muchas veces se realizan porque los estamos invocando con frecuencia. Por esta razón debemos actuar en forma positiva y tratar de dar algo a otras personas, esto puede ser una simple sonrisa, un saludo afectuoso, un abrazo y cuando tenemos deseos de darlo, nos reprimimos de hacerlo y tantas otras cosas que con nuestra actuación podemos compartir, porque en esa misma forma recibiremos de regreso el afecto de otras personas que corresponderán a las muestras de simpatía.

Lo importante es encontrar el gusto y placer a la vida, porque al vivir más tiempo, debemos mostrar un sentido más amplio a ese aumento  en el número de años. Cuando caminamos por la vida encontramos muchos jóvenes que con su apariencia y su actitud parecen ancianos y por caso contrario, vemos ancianos que siempre dan muestras de jovialidad y con ejemplos vivos de disfrutar plenamente su longevidad.

Yo considero que todas las edades son buenas, lo importante es que cada uno de nosotros le encuentre el gusto a lo que hace y con ello estaremos realizando nuestros planes y proyectos en forma agradable para ir consiguiendo nuevas etapas para sentirnos gratificados y agradecidos. Debemos recordar que provenimos de una fuente de puro amor, entonces una vida simple significa incorporar ese amor como uno de los pilares de nuestra existencia material.

Para conservar ese amor y disponer de una vida saludable, lo mejor es pensar en las personas que deben acompañarnos en esta etapa de la vida, y si hablamos de prodigar amor, debemos pensar en la clase de personas con las que acostumbramos pasar nuestro tiempo y decidimos vivir con ellas. Es importante disponer de la amistad de personas que estén dispuestas a brindar su ayuda a otras, porque al intercambiar opiniones, nos volvemos más responsables con nosotros mismos.

Siempre tendremos una razón para levantarnos cada día, a contemplar un ideal que nos permita ser útiles otorgando servicios a otros seres humanos. Uno de los secretos de la longevidad es integrarse a grupos sociales y elegir aficiones o actividades que te lleven en forma natural a cubrir pautas de conducta más sana. Es una manera gradual pero muy eficaz de operar cambios en nuestro comportamiento que permita tener siempre beneficios de carácter social.

No conozco aun a nadie que no quiera tener una vida llena de cariño y amor. Con el fin de que esto suceda, el esfuerzo tiene que iniciarse dentro de nosotros mismos. No debemos esperar a que otras personas tomen la iniciativa de proporcionarnos el amor que necesitamos, nosotros debemos ser una imagen y una fuente de afecto.

Abrir tu corazón a la posibilidad de un amor y un afecto más grande, y al convertirte tú mismo en una fuente de ambas cosas, estarás dando un paso importante en la consecución del mismo amor y afecto que deseas. Descubrirás algo excepcional “Cuanto más amor y afecto des, más recibirás”

 

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