¡Se me olvidó! |
Se
ha hecho popular la frase “si es mayor de
edad se le olvidan las cosas” de antemano la descarto y desacredito porque
se ha notado mucho y ahora más, que a los jóvenes también se les olvidan demasiadas cosas y a los
adultos también. No te ha pasado que al
momento de que te presentan a otra persona, la quien hace la introducción, olvida
de momento el nombre de ésta. También cuando estás recomendando a otra gente
una película que acabas de ver y ¿te olvidas del nombre? Estos pequeños olvidos
de la memoria ocurren cuando casi tienes la palabra –en la punta de la lengua-
pero no aciertas a recordar su nombre, le ocurre casi a todo el mundo.
Conozco
un amigo que me dice que estos pequeños olvidos no tienen nada que ver con la
palabra que no recuerdas, sino que todo radica en su sonido que en su mayoría
es arbitrario y carece de sentido y por ello se dificulta la memorización, por
eso la solución está en pronunciar con el uso de la frecuencia esas palabras.
Me decía mi amigo, que por eso en los entrenamientos que tienen los vendedores,
su instructor les hace repetir varias veces el nombre de las personas que serán
sus futuros clientes.
Es
recomendable utilizar en casos necesarios, recordatorios que pueden ayudar a
evitar olvidos, procurando anotar palabras clave que son representativas de lo
que debemos hacer y ponerlos en algún lugar visible. Con frecuencia entramos a
una habitación en busca de algo que al
permanecer en ella tenemos un distractor y se nos olvida a qué íbamos. En esos
casos lo que debemos hacer, es regresar al lugar inicial y de inmediato
recordamos el objeto olvidado y esto se origina solamente por una falta de
atención. Si la persona debe recordar algo, pero ignora de qué se trata, se
debe a que no lo ha retenido
debidamente.
Cuántas
ocasiones nos ha ocurrido que no localizamos nuestro teléfono celular, y al
guardar el traje de calle se hizo con el móvil guardado en alguna bolsa del
saco. Debemos recurrir a otro teléfono fijo o móvil para marcar nuestro número
y casi de inmediato localizaremos el lugar preciso donde se encuentra. Estos
pequeños olvidos no son determinantes para considerar que nos está fallando la
memoria; lo único que ocurre es que no hemos dado la información necesaria para
recordarlo, pero es una distracción que le puede ocurrir a cualquier persona,
joven o anciano que ejecuta las cosas pensando en otras cosas, sin registrar
con precisión la información adecuada.
Una
solución para estos casos es que la noche anterior al terminar la actividad
diaria, vaciemos los bolsillos en una pequeña caja donde se depositen todos
nuestros útiles personales (reloj, lentes, cartera, monedero, documentos de
identificación y otros objetos) y a la mañana siguiente al vestirnos, debemos guardar
nuevamente todo el contenido de la cajita en nuestra vestimenta evitando
cualquier olvido del día anterior.
Muchos
de estos pequeños olvidos pueden ser originados a que debemos estimular nuestra
memoria, como puede ser el caso de no haber dormido lo suficiente por causa de
cansancio, y esto dificulta nuestra
capacidad para concentrarnos en lo que estamos haciendo. En caso de que así ocurra,
debemos dormir lo suficiente para estar descansados al día siguiente. Es
recomendable no utilizar somníferos para conciliar el sueño, al día siguiente
podemos ocasionar trastornos y provocar otros olvidos y algunos malestares
secundarios.
Otra
forma de poder estar en forma para alertar al cerebro y fortalecerlo, es a base
de ejercicio que con la práctica diaria activa con el tiempo las facultades
mentales, incluyendo la memoria, debido a que estimula la respiración y
tonifica los pulmones que logran vigorizar la sangre y purificar la circulación,
que cruza por todo el cuerpo. Un ejercicio diario, puede consistir en una
caminata a buen paso al aire libre que ayuda a mover los músculos y purificar
la sangre, oxigenando todo el cuerpo, y estimulando la memoria que es el centro
motor.
En
el caso de personas mayores si suele pasar que llegan a extraviar sus llaves y
después de una búsqueda ligera, se dan cuenta que las tienen pegadas al
cinturón; o bien que no encuentran su lentes y después de un rato de confusión,
los llevan colocados hacia arriba puestos sobre el pelo. Otra confusión sucede
cuando acuden a un supermercado y al salir no recuerdan con precisión donde dejaron
estacionado el coche, estos olvidos se deben mucho a la falta de cuidado para
no registrar los lugares donde se colocan las cosas, y estar pensando en otras
cosas pendientes al momento de ubicarlos y provocar los extravíos.
Para
mucha gente estas cosas pueden sonar inciertas por ser tan insignificantes,
pero llegan a ocurrir con frecuencia a personas adultas y mayores por falta de
cuidado al no registrar las cosas menores, por eso son muy recomendables los
recordatorios que deben ser claros y ponerlos a la vista para que resulten útiles y sirvan
de apoyo a la memoria de las personas que llegan a sufrir estos olvidos
temporales.
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