jueves, 2 de agosto de 2012

LA MEDITACION.- (Segunda Parte)

 Orar y Meditar.
En la actualidad es común de mucha gente que medite con frecuencia por disponer de los conocimientos elementales de esta disciplina. Lo que se inició en los años setentas, ahora se ha extendido como una cultura más aceptada; falta mucho por cubrir para que estos buenos hábitos puedan beneficiar con su aplicación a un número mayor de personas.

 Su objetivo principal, consiste en que podamos comprender mejor al mundo y nos entendernos mejor a nosotros mismos, mediante técnicas meditativas de las grandes religiones de Oriente. Existen diversas clases de meditación que pueden ser utilizadas para el mejoramiento personal, La aplicación más frecuente de meditación, cobró fuerza en las iglesias religiosas donde las ceremonias y servicios se inician o concluyen con varios momentos de reflexión que son aprovechados por los fieles para orar y reflexionar sobre los pedimentos de sus necesidades.

 La “meditación” ha sido una práctica común en todo el mundo y se ha utilizado desde los tiempos más remotos, como un método para llegar a conocer la naturaleza esencial de las cosas. Con su aplicación, nunca se sabe lo que se va a descubrir, pero al resultado que se llegue, es posible que podamos iniciar cambios en nuestra vida para nuestro beneficio. Las personas que deseen meditar con ventajas, deben mejorar su poder de concentración y dedicar a esta práctica por lo menos media hora, en la que pueda gozar de tranquilidad absoluta.

 La finalidad que se persigue con las distintas técnicas de meditación, es obtener un estado de receptividad, tranquilidad interior y un mayor conocimiento personal, ayudándose para calmar el estrés acumulado que es el resultado de las preocupaciones diarias. La concentración se logra con alguna de las funciones básicas corporales como es el caso de la respiración que juega un papel importante en esta materia. La función principal de la meditación, no consiste en escapar de nuestra diaria existencia, sino en prepararnos para hacerle frente y lo que reviste mayor importancia, es lo que traemos con nosotros al regreso de esa experiencia.

 ¿Cuál es la finalidad que perseguimos cuando nos asomamos a nuestro mundo interior?

a)    Respuestas a nuestros problemas: La meditación puede ayudarnos a resolver gran parte de nuestros problemas diarios.

b)    El descubrimiento de sí mismo: La aplicación de esta técnica puede ser el camino hacia el descubrimiento de nuestro propio yo. En realidad no podemos permanecer sentados y en un absoluto silencio sin aprender algo acerca de nuestro propio ser.

c)     Lograr una comunicación efectiva con las demás personas: Los pensamientos que fluyen de nuestra mente, también circulan por otras mentes, de manera que partiendo de nuestro interior, podemos conseguir muchas cosas de la mente universal, que es la que logra conectarnos con otras mentalidades y sin que medien palabras pueden percibir la cálida ola de amor que los envuelve, ya que cuanta mayor sea la profundidad de nuestros pensamientos, más cerca estaremos unos de otros.

d)    La sensación de alegría: Cuando más ahondamos en nuestro propio yo, más nos acercamos a uno de los mayores beneficios de la meditación que es: la alegría. No meditamos para retirarnos del mundo, sino lo hacemos para gozar de la vida.

 El resultado final de “la meditación”, radica en hacer conciencia de nosotros mismos y de nuestros semejantes y del vibrante universo que nos rodea. Cuando “la meditación”  nos transporta a las fronteras de ese mundo, es cuando sentimos que todo coincide con la oración que muchos de nosotros practicamos en nuestra religión; y es cuando sentimos la sensación de creer que el reino celestial se encuentra precisamente en nuestro interior, y que siempre ha existido una relación que une nuestra mente y la fuerza que rige el Universo.

 En una u otra forma, pasamos la vida  tratando de entender esa afinidad que existe entre todos los seres vivientes y Dios.”


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