miércoles, 8 de agosto de 2012

LA PRACTICA DEL YOGA.- (Segunda Parte)

Posturas.-Asanas.
La disciplina del Yoga se refiere únicamente al cuidado del cuerpo humano y sus respectivas funciones y maneja métodos que difieren de los sistemas que se manejan en la educación de la salud. Los objetivos del Yoga se refieren a eliminar las causas que originan la mala salud, como puede ser el caso de: la oxigenación deficiente, la alimentación pobre, el ejercicio inadecuado y la eliminación  defectuosa de los productos de desecho que envenenan a nuestro organismo.

 Contribuye también a fortalecer nuestras capacidades mentales, así como a fomentar la agudeza de nuestros sentidos, ampliando el horizonte intelectual, derivado de la respiración rítmica, así como al incremento de la actividad glandular. Impulsando con la meditación, nuestra capacidad para introducirnos al desarrollo de la naturaleza espiritual resolviendo problemas de carácter mental o síquico-personales, de una sociedad y llegado el caso hasta de naciones.

Con la práctica del Yoga, sentirás que tu salud mejora considerablemente podrás dormir en una forma más tranquila, avivando tu mente, sintiendo una agilidad y ligereza en tus movimientos y tus tensiones disminuirán considerablemente, ya que empezarás a controlar tus emociones, observando que mejora tu figura y serás el poseedor de un ánimo más jovial y tu actuación será con un sentido de mayor vitalidad, ya que la finalidad consistirá en mejorar tu desarrollo: físico, moral y espiritual.

Contribuye a perfeccionar al hombre entero, sin hacerlo directamente en un aspecto en particular de la persona, la mente es muy poderosa y brinda un gran apoyo al desarrollo físico de las personas, ya que la energía se encuentra dentro de cada uno de nosotros y se dispone de muchos elementos para mejorar la salud y el físico; y, continua hacia lo espiritual con una realización gradual y sin darnos cuenta, podemos comprobar que ha operado un cambio dentro de nuestro propio ser.

En las clases de Yoga (que me imparten) generalmente empezamos con ejercicios de calentamiento a base de la práctica de ejercicios de respiración  primero; y, después comienza con una serie de posturas llamadas asanas, las cuales sirven para flexionar y estirar la espina dorsal, el torso, el cuello y las extremidades y mantenemos cada posición entre quince y treinta segundos.

Para hacer la postura de “la cobra” me acuesto boca abajo con las piernas juntas y las palmas de las manos apoyadas en el piso, junto a las axilas. La respiración es constante, presiono las palmas contra el suelo y, sin forzar los músculos, arqueo la espalda para alzar la cabeza y el pecho. Después de unos treinta segundos y mientras exhalo, bajo lentamente al suelo el pecho y la cabeza. Tras una serie de inhalaciones y exhalaciones pausadas que pronto se vuelven automáticas, termino la clase sintiéndome relajado y ese es precisamente el objetivo.

 Esta disciplina se desarrolla sin exigir que se dominen las posturas complicadas que resultarían casi imposibles para la mayoría de personas de edad madura. La simple práctica de posturas suaves y complicadas, combinadas con sencillas técnicas de respiración consciente, da como resultados magníficos beneficios. He tratado de practicar las asanas durante treinta minutos diarios y unas tres veces además de las clases, observando que al poco tiempo de la práctica, disminuyeron algunos dolores de cabeza primero y desaparecieron después, algunos analgésicos que ocasionalmente había acostumbrado tomar.

 Lo mismo ocurre en el caso del sueño, la modernidad en vez de ayudarnos a disponer de una vida más tranquila, nos ha acelerado más y no le damos mucho valor al descanso, sobre todo al sueño que nos permita una dormida tranquila y reparadora de energías. El insomnio solo es consecuencia de un desequilibrio interno, así como del modo en que vivimos cotidianamente y es la razón por la que mucha gente acostumbra tomar somníferos que le ayuden a conciliar el sueño que por ser forzado no es reparador de energías y cada vez el efecto de las pastillas es menor, hasta que llega un momento que el cuerpo se inmuniza. En la práctica del Yoga, se desarrollan  diversos ejercicios de respiración, se ejecutan algunas posturas y se practica la meditación, que ayuda en gran parte a combatir el insomnio, con buenos resultados para recuperar el sueño normal.

Los efectos del Yoga son asombrosos de verdad, su práctica en forma regular, te permitirá sentirte más despierto, plácido y relajado, con una mentalidad más sana y con una mayor concentración en tus actividades diarias, eliminando muchas molestias que te harán sentirte poseedor de una salud más duradera y de mejor ánimo en tus actividades y prácticas diarias en beneficio tuyo y de quienes te rodean… ¿Te animarías a practicarlo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario