Tuve
oportunidad de participar en una
plática, donde el orador hacía mención especial en lo importante que es
sentirse uno seguro de sí mismo; esto es, la relación más importante que
tenemos en la vida es la que tenemos con nosotros mismos. En la familia, en las
amistades, en los compañeros de trabajo donde manejamos un trato frecuente,
incluidos en los matrimonios cuya duración puede llegar a ser de toda una vida,
llega un momento en que finalmente se acaba.
En
cambio, la relación que tenemos con nosotros mismos es eterna, por lo que
siempre tenemos el compromiso de sentirnos bien disfrutando del compromiso de estar
bien, con un dominio absoluto de nosotros mismos, con la idea de un completo
relajamiento mental y corporal, sin pensar en la salud mental y el compromiso
de sentirnos bien, de vivir contentos, sin sentirnos abrumados por las
preocupaciones del mundo actual y todos sus cambios que son tan frecuentes en
todos los ámbitos, que están llenos de preocupaciones y apremios.
Todo
lo que nos hace falta es asumir plenamente la responsabilidad de nuestra propia
vida y ocuparnos de la tarea de cuidar de nosotros mismos y de nuestros actos.
Esto no pretende significar que la existencia deba ser de un constante sacrificio;
en realidad lo que mejor podemos hacer es disfrutar plenamente de la vida por
ser la mejor receta de que podemos disponer para conservar nuestra salud.
Para
sentirnos bien debemos conocer bien nuestros sentimientos y nuestros deseos y
siempre prestar atención a todas nuestras actuaciones. Por supuesto que para
sentirnos mejor, no debemos descartar nuestra alimentación que debe ser
balanceada y completa, así como la práctica constante de una rutina de
ejercicio manejado en forma diaria que viene a ser el complemento de una
cultura de salud y bienestar.
Es
importante disponer de una buena relación con nosotros mismos, ya que de no ser
así, ¿Cómo puedo querer tenerla con otra persona? si yo mismo no puedo
responder a mis propias necesidades, siempre estaré buscando a alguien que me
complete mis decisiones y pensamientos, creyendo que con ello puedo ser feliz y
sobre todo que haga realidad todos mis sueños para el cumplimiento de mis
metas. La misma situación puede ocurrir si nosotros tenemos una relación con
otra persona que no se atiende y se cuida a sí misma, resultará imposible una
identificación.
La
vida la podemos considerar un espejo, siempre atraemos a personas que reflejan
características similares a las nuestras, o las creencias que tenemos nosotros
mismos y también las relaciones que manejamos que pueden ser coincidentes. Lo
que otras personas piensan de nosotros corresponde a su propia limitación que
tienen de la vida, hemos de aprender que la vida nos concede todo lo que
deseamos y tenemos la facilidad de seleccionar lo que más nos conviene.
Has
notado que cuando te sientes bien contigo mismo las demás personas también se
tornan más agradables? ¿No crees que ya puedes ser amable y con ello observar
un cambio de actitud de las gentes?
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