Fui
invitado el día de hoy por la Fundación Casa Hogar “Matías Romero” de la cual
formo parte de su Patronato, a una comida que se organizó para festejar cien
años de vida del señor Don Porfirio Grayda y Solís (Don Porfi) como
cariñosamente se le conoce, acompañado de un hijo y una hija, así como
autoridades de la Casa Hogar y los más de cincuenta residentes que se
encuentran recluidos en dicha Organización.
En
el desarrollo de este evento, uno de sus compañeros en representación de todos
los residentes, tuvo a bien ofrecerle la comida con palabras emotivas que nos
conmovieron a todos los asistentes y ofreció la comida con la siguiente carta:
“Carta a mi amigo Porfirio Grayda y
Solís, 8 de julio de 2014.
Hoy cumples cien años estimado Porfi y
se dice con pocas palabras pero es toda una vida.
Solo Dios sabe por qué te tiene acá en
la tierra y tan lúcido como un adulto maduro.
Yo te quiero dar las gracias por la
amistad. Al cabo de seis años que yo llegué a esta Casa Hogar, hemos pasado por
muchas cosas.
Tu alimentación es muy buena. Siempre
piensas en el “cafecito” o la “sopita caliente”.
Cuando
vas a un restauran, pides “sopa de fideos”, “bistec empanisado” con papas. En el desayuno y
la cena, siempre tomas “tu media concha” de pan dulce
Para mí, una de las cosas que admiro en ti
es la laboriosidad. Siempre estás haciendo algo en tu cuarto. Sales a caminar
al jardín, sin dejar de platicar con el “perico”.
Tus hijos, nietos y bisnietos hoy están
de fiesta, hay que darle gracias a Dios por este día inolvidable”.
¡FELICIDADES
PORFIRIO!
Que Dios te
llene de bendiciones.
Fueron
palabras conmovedoras sobre todo de una persona que además de ser su amigo, lo
cuida mucho y le procura más con el tiempo que le dedica. Don Porfirio es una
persona que siempre tiene la sonrisa a flor de piel, pulcro, bien arreglado,
con carácter agradable para todos en general. Sus familiares se mostraron muy
agradecidos porque tres integrantes del patronato, le acompañamos a comer en su
mesa, compartiendo el pan y la sal. En realidad los agradecidos fuimos nosotros
porque pocas veces tenemos la oportunidad de estar presentes con una persona
que está celebrando “Cien años de edad” es
un verdadero acontecimiento digno de celebrarse.
Durante
muchos años hemos permitido que los números de un calendario que corresponden a
los años que llevamos en el planeta nos digan como sentirnos y la forma de
comportarnos. Lo cierto es que viendo a Don Porfirio, se antoja a que cambiemos
nuestras creencias sobre el hecho de hacernos mayores. Es de admirar su estado
físico, el ánimo de vivir y la alegría mostrada en esta celebración centenaria,
acompañado de sus hijos, sus amigos y la forma en que él se expresa de la Casa
Hogar de la que dice textualmente: “mi
casa”.
Cuando
miro a mi alrededor y veo personas mayores débiles, achacosas y asustadas,
pienso “Esto no tiene porqué ser así”. Muchos
hemos aprendido que cambiando nuestros pensamientos podemos cambiar nuestra
vida. Por eso sé que podemos hacer que esos años sean una experiencia positiva,
vibrante y sana. Añadiría solamente a este blog, mi comentario:
Muchas Felicidades Don Porfirio.
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