SER FELIZ. |
El
día de hoy disfruté una reunión desayuno con mis amigos de la escuela
profesional, un grupo de cinco compañeros que ahora manejan sus despachos
propios como consultores y dentro de los diversos temas tratados se me ocurrió
hacerles una pregunta ¿Ustedes consideran
que el dinero puede proporcionar felicidad? Desvariamos mucho sobre el
contenido de la pregunta y especulamos con diversos temas y respuestas. La
pregunta me hizo reflexionar un poco más y es ese motivo por el que decidí
escribir sobre el tema.
Tengo
entendido que los genes que son hereditarios, tienen mucho que ver con el
carácter y la personalidad de los hijos, aunque si heredaste el ceño fruncido
de tus padres, no quiere decir con ello que
estás predestinado a una vida de tristeza o amargura, gran parte del desarrollo
de tu vida depende mucho de lo que tú hagas por ti mismo para sentirte feliz.
Una
gran mayoría de gente supone que los factores externos podrán mejorar su vida,
como la facilidad que tengas para tener una casa más grande o un buen empleo o seas
un buen tipo como persona; son factores que ayudan a mejorar tu vida, pero no
son elementos decisivos para que la gente sea feliz. Muchas veces puedes poseer
un automóvil nuevo y con ello cumples tus deseos que habías contemplado por mucho tiempo, pero es posible que al poco
tiempo su uso se vuelva normal y aburrido al conducirlo y te pase la euforia del estreno.
Para
mucha gente la clave de la felicidad duradera puede representarle objetivos más
allá de los placeres efímeros, sintiendo que encuentra su felicidad auténtica,
cumpliendo los compromisos contraídos con su familia, cumpliendo con su
trabajo, o desarrollando alguna actividad que le apasione, con las que pueda
obtener muchas satisfacciones.
Depende
mucho también el carácter de la persona, así como la frecuencia que dispone de
las diferentes dosis de alegría que manifieste en sus actividades diarias,
pueden ser los actos de bondad que realice y que le produzcan muchas
satisfacciones, comprometiéndose con esos sucesos todos los días de su vida a
mantener un ritmo de gusto permanente.
Para
mantener esta disciplina depende mucho de la buena disposición de la persona
para hacer de la felicidad un estado de ánimo. Debe tomarse en cuenta que
conforme pasan los años, tendemos a sentirnos más contentos y esto puede
ocurrir por considerar los muchos éxitos que hemos logrado a lo largo de
nuestra vida y eso nos produce mucha satisfacción porque reaccionamos
intensamente a los acontecimientos de la vida y expresamos menos emociones
negativas porque tenemos mejor manera de expresar con gusto las emociones
positivas.
Debe
considerarse que durante la edad avanzada, surgen algunas enfermedades que no se habían manifestado
antes y muchos adultos mayores se entristecen, sobre todo cuando se producen malestares
terminales y esto produce una reducción
en el cociente de felicidad. Lo más recomendable es que sin importar la edad de
la persona o cualquier otra causa, haga que te sientas feliz, en el mismo
instante en la condición que te encuentres. Desarrolla alguna actividad que te
llene de entusiasmo. Mostrándote activo y ocupado, lograrás prender tu buen
estado de ánimo y decidas cambiar de conducta sintiendo una satisfacción de
felicidad.
Puedes
colaborar en alguna institución de beneficencia, en una fundación de servicio
público, donde puedas practicar actos de bondad y por pequeños que sean, te
proporcionarán placer al realizarlos y también beneficias a otras personas que
reciban ese servicio. Varias personas argumentan que les gustaría practicar esos
actos, pero no disponen de tiempo libre para hacerlo. En esos casos puedes
hacer donaciones de dinero o en especie, que mucho ayudarán a los beneficiarios
de esas instituciones, lo importante es que participes en algunas actividades
de filantropía ayudando a otras personas con tu participación, y cuando lo
hagas, empezarás a notar una serie de cambios útiles en tu vida.
Procura
fijar en tu mente, los actos de felicidad cuando los estés viviendo; esto es:
con la familia, con los amigos, en los actos de “honoris causa”, los premios
obtenidos y tantas otras causas por las que disfrutes en tu vida y en aquellos
momentos que puedas tener de aflicción que te produzcan preocupaciones. Refúgiate
en tu zona libre de estrés y evoca todos esos momentos amables y felices, y
reproduce esas imágenes en tu mente cuando decaiga el ánimo, sentirás un
bálsamo curativo y tranquilizador que te fortalezca el alma. Notarás que en
realidad te está yendo bastante bien y que un pequeño acto de tensión, no podrá
hacerte daño. Es posible que pronto encuentres la estrategia que te sirva mejor
para afrontar adversidades.
Toma
en cuenta que en esta época, disponemos de mejores recursos para gozar de
riqueza, salud y comodidades que en cualquier otro momento y nuestras condiciones y forma de vida, son
mejores de las que pudieron gozar las sociedades anteriores, por lo que nuestro
estado de ánimo debe estar más relajado al sentir la dicha que nos proporciona…
¡Disponer de mejores elementos que nos
brinda la oportunidad de ayudar y hacer felices a otras personas!
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