martes, 31 de julio de 2018

GRACIAS DANIEL, MUCHAS GRACIAS.

Ballet Folclórico de México.-De Amalia Hernández.

La semana pasada tuvimos mi esposa y yo la oportunidad de ir a una función del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, en el Palacio de Bellas Artes, gracias a una invitación que nos hizo mi hijo Daniel, donde observamos una presentación con lleno completo en todas las localidades y donde tuvimos oportunidad de apreciar una joya de música mexicana.

La función se inició con la danza de Los Matachines, con la presentación de bailables del centro de México de las celebraciones religiosas con música exclusiva durante las fiestas religiosas, cuyo origen nace de las costumbres de los pueblos prehispánicos de danzas con sus Dioses.

Continuó con interpretaciones cuyo origen proviene de los Aztecas, con rituales de bailes primitivos, con ritmos basados en pasos y temas musicales que se han conservado desde esa época, hasta nuestros días que son interpretados en diferentes poblaciones del país.

El programa continuó con una fascinante danza del estado de Guerrero, llena de movimientos y ritmos que traducen la mexicanidad del lugar. El nombre proviene en honor al General Vicente Guerrero, uno de los políticos más destacados de ese Estado.

Continuó con música de la Revolución Mexicana de 1910, que fue la causa de grandes cambios sociales y fue producto de la integración real de la nacionalidad mexicana. El Ballet hizo gala de una manera especial a “Las Soldaderas” que fueron las mujeres que combatieron en la revuelta con un papel determinante al seguir a sus hombres en la guerra.

El programa continuó con un reconocimiento a los Charros Mexicanos, en medio de una fiesta llena de colorido, donde se mostraron las habilidades que tienen en el floreo que corresponde al magistral manejo del lazo o reata,  manipulada con habilidad para conquistar a su amada, al ritmo de un jarabe bien zapateado.

Continuó la representación de la Fiesta en Tlacotalpan, que es una fiesta a la Virgen de la Candelaria que se celebra el 2 de febrero, con un torneo de fandangos que culminan con la aparición de verdaderos músicos veracruzanos, con el fin de expresar sus sentimientos, críticas y leyendas del pueblo.

Y el programa termina musicalmente con la representación de “La vida es un juego” a base de juguetes mexicanos, controlados por el diablo que maneja a los personajes como si fueran marionetas, manipulando las cuerdas que finalmente determinan su destino.

Con esta representación se dio por terminada la función realizada a base de bailables interpretados por una gran cantidad de bailarines profesionales, cantantes y músicos que llenan con sus voces, sus instrumentos y ritmos, un maravilloso espectáculo de diferentes cuadros mexicanos que representan el folklor nacional desde su forma tradicional hasta nuestros días.

Gracias Daniel por la invitación que resultó una fiesta de gala.



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