lunes, 7 de septiembre de 2015

ESTATUA DE PORFIRIO DIAZ.

Estatua de Porfirio Díaz y el Escultor.
Correspondió ahora a Orizaba, Veracruz haber inaugurado en días pasados una estatua para honrar al General Porfirio Díaz  a los  cien años de su muerte durante su exilio en París, Francia como un reconocimiento a su memoria como el más tenaz gobernante, que dedicó su vida a estrangular la serpiente de las luchas intestinas de su época y que yace en una capilla gótica del cementerio Montparnass donde se encuentran colocados los restos de un gran Presidente.

Ahora correspondió al Presidente Municipal Juan Manuel Diez Franco, como hombre de mucha entereza y firmes convicciones de erigir un monumento a Don Porfirio Díaz después de tanta crítica y resentimiento que ha habido en nuestro país durante un siglo, siguiendo una historia oficialista, que no está apegada a la realidad. Los mexicanos debemos documentarnos un poco sobre los hechos de nuestra historia que está redactada y escrita por humanos que de acuerdo a su época pueden manejar verdades o falsedades de héroes o de villanos sin posible liberación.
He considerado al general Porfirio Díaz como un patriota que amó a su país y aunque permaneció muchos años en el poder, siempre fue reelecto porque el pueblo lo aceptaba tal como fue, una persona honesta, tal vez su error fue no haber renunciado al cargo en su momento. El general Díaz demostró al mundo que México es una gran nación, y que tan pronto como encuentre circunstancias propicias, recobrará su antigua grandeza.

Rescató al país del caos y de la ilegalidad; para conseguirlo, debió gobernar con mano dura y a decir verdad, -las circunstancias así lo impusieron- y eso no justifica darle el seudónimo de dictador a quien siempre solicitó la opinión de sus gobernados para cumplir con su deber. El recuerdo del paladín sigue custodiando nuestra bandera. Sus aciertos todos son atribuibles a él por su honestidad, y su acrecentado amor a su México, y en cambio sus errores que también los hubo, son achacables a la época en que le tocó vivir, y a las circunstancias que lo obligaron a imponerlas, incluyendo el deseo de todo hombre en el servicio público, de conservar el poder.

Es importante mencionar que esta estatua de Porfirio Díaz fue costeada por el Alcalde de la ciudad de Orizaba Juan Manuel Diez Franco, quien no cobra sueldo por el cargo que desempeña, y el total de lo que debería percibir, lo ha dedicado a costear con sus salarios esta obra en honor a Porfirio Díaz. Tengo entendido que a la inauguración de la estatua, asistieron más de dos mil personas, así como los bisnietos del prócer, que en conjunto y al final de la ceremonia, aplaudieron con euforia y de pie por la celebración del evento.

La ciudad de Orizaba cuenta con todas sus calles pavimentadas, las plazas públicas se encuentran bien arregladas con muy buena presencia para gozo y uso de sus habitantes lo que demuestra una cultura urbanística sobresaliente.



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