En
fechas pasadas el día del trabajo siempre se celebraba con un desfile de
sindicatos y personal de algunas empresas y fue costumbre que los integrantes
se uniformaran con ropa blanca y en algunos casos con uniformes tradicionales
que hacían vistosa una marcha ordenada y se gozaba de un día de asueto. Había
sido costumbre que el gobierno anunciara un aumento de sueldo general para
grupos de trabajadores al servicio del estado, con alguna ceremonia en el
zócalo o algún otro lugar determinado donde se pronunciaban discursos; dando
por terminada esa celebración ese medio día.
En
la actualidad se han terminado las celebraciones del primero de mayo y lo único
que se consigue por parte de los trabajadores son plantones y marchas por
grupos foráneos que han sido entrenados para causar desórdenes y cierres de
calles, entorpeciendo la buena marcha de actividades que teníamos en nuestra
ciudad capital, en perjuicio de los comercios del centro que han resentido
destrozos y pérdidas por falta de ventas en sus negocios.
Con
ese motivo se han escuchado varias voces al personal de trabajadores con
diferentes versiones de opinión, cuyas respuestas han coincidido en la falta de
fuentes de trabajo y mucha gente desempleada con pocas posibilidades de
encontrar un buen empleo que satisfaga sus necesidades; es posible que ocurra
todo lo contrario cuando están cerca de cumplir los cuarenta años de edad, y
son despedidos por cualquier motivo.
En
una gran parte de empresas, se ha dado preferencia a la contratación de
personal joven con poca experiencia, pero con estudios profesionales realizados
y desde luego con menores sueldos en las mismas labores que anteriormente
estaban a cargo de personal con mayor antigüedad. Estas contrataciones han dado
motivo a eliminar personal con edades que fluctúan entre 40 y 50 años de edad,
quienes son marginados en promociones en sueldos y no se les considera con
oportunidades de mejora dentro de la propia empresa.
Estos
despidos justificados o no de gente mayor han servido para poder encontrar dentistas, economistas o contadores
en calidad de taxistas o en otras actividades como pueden ser vendedores ambulantes o cualquier otra
actividad menor, por falta de oportunidades para emplearse en su especialidad
que pudiera ser la práctica de una actividad profesional por falta de fuentes
de trabajo.
Además
de ese personal que se puede considerar especializado y que se le considera
desempleado, me llama la atención el caso de muchos jóvenes que terminando una
carrera profesional no pueden encontrar empleo por falta de capacitación y
experiencia en determinadas empresas y fábricas; así como también otra gran
cantidad de muchachos que ni estudian, ni trabajan y gran parte de su tiempo lo
dedican al ocio sin mayor preocupación. Qué les puede ofrecer el futuro cuando
adquieran más edad. Tal vez, unos pocos por su habilidad puedan encontrar algún
empleo o actividad secundaria sin ningún porvenir promisorio, donde puedan
disponer de alguna reserva para preparar alguna vejez asegurada. Y la otra
mayoría, …¿Qué pasará con ellos?
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