martes, 8 de julio de 2014

¡CELEBRACIÓN DE UN CENTENARIO!

Fui invitado el día de hoy por la Fundación Casa Hogar “Matías Romero” de la cual formo parte de su Patronato, a una comida que se organizó para festejar cien años de vida del señor Don Porfirio Grayda y Solís (Don Porfi) como cariñosamente se le conoce, acompañado de un hijo y una hija, así como autoridades de la Casa Hogar y los más de cincuenta residentes que se encuentran recluidos en dicha Organización.

En el desarrollo de este evento, uno de sus compañeros en representación de todos los residentes, tuvo a bien ofrecerle la comida con palabras emotivas que nos conmovieron a todos los asistentes y ofreció la comida con la siguiente carta:

“Carta a mi amigo Porfirio Grayda y Solís, 8 de julio de 2014.
Hoy cumples cien años estimado Porfi y se dice con pocas palabras pero es toda una vida.
Solo Dios sabe por qué te tiene acá en la tierra y tan lúcido como un adulto maduro.
Yo te quiero dar las gracias por la amistad. Al cabo de seis años que yo llegué a esta Casa Hogar, hemos pasado por muchas cosas.
Tu alimentación es muy buena. Siempre piensas en el “cafecito” o la “sopita caliente”. Cuando vas a un restauran, pides “sopa de fideos”, “bistec empanisado” con papas. En el desayuno y la cena, siempre tomas “tu media concha” de pan dulce
Para mí, una de las cosas que admiro en ti es la laboriosidad. Siempre estás haciendo algo en tu cuarto. Sales a caminar al jardín, sin dejar de platicar con el “perico”.
Tus hijos, nietos y bisnietos hoy están de fiesta, hay que darle gracias a Dios por este día inolvidable”.
¡FELICIDADES PORFIRIO!
Que Dios te llene de bendiciones.

Fueron palabras conmovedoras sobre todo de una persona que además de ser su amigo, lo cuida mucho y le procura más con el tiempo que le dedica. Don Porfirio es una persona que siempre tiene la sonrisa a flor de piel, pulcro, bien arreglado, con carácter agradable para todos en general. Sus familiares se mostraron muy agradecidos porque tres integrantes del patronato, le acompañamos a comer en su mesa, compartiendo el pan y la sal. En realidad los agradecidos fuimos nosotros porque pocas veces tenemos la oportunidad de estar presentes con una persona que está celebrando “Cien años de edad” es un verdadero acontecimiento digno de celebrarse.

Durante muchos años hemos permitido que los números de un calendario que corresponden a los años que llevamos en el planeta nos digan como sentirnos y la forma de comportarnos. Lo cierto es que viendo a Don Porfirio, se antoja a que cambiemos nuestras creencias sobre el hecho de hacernos mayores. Es de admirar su estado físico, el ánimo de vivir y la alegría mostrada en esta celebración centenaria, acompañado de sus hijos, sus amigos y la forma en que él se expresa de la Casa Hogar de la que dice textualmente: “mi casa”.

Cuando miro a mi alrededor y veo personas mayores débiles, achacosas y asustadas, pienso “Esto no tiene porqué ser así”. Muchos hemos aprendido que cambiando nuestros pensamientos podemos cambiar nuestra vida. Por eso sé que podemos hacer que esos años sean una experiencia positiva, vibrante y sana. Añadiría solamente a este blog, mi comentario:


Muchas Felicidades Don Porfirio.

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