jueves, 15 de mayo de 2014

EN EL DAR ESTÁ LA RECOMPENSA.

El día martes de esta misma semana, cayeron en diversas zonas de esta ciudad unos fuertes aguaceros que inundaron las calles por las fuertes lluvias que causaron desplomes en la ciudad de México por no encontrar coladeras suficientes que absorbieran el agua, debido principalmente a la cantidad de basura acumulada en las calles que por irresponsabilidad de gentes que por su comodidad, depositan en cualquier lugar que les acomoda, sin pensar en el daño que puede ocasionar a otras personas al inundar las calles y por consiguiente sus casas.

Resulta fácil sentirse resentido por las responsabilidades en nuestra vida cotidiana, pero otras personas que salen afectadas con algún daño, son las que resienten las consecuencias, debido a que sin conocer el origen, resienten los efectos en sus pertenencias, con motivo de inundaciones que causan diferentes daños.

Convertirse en persona más bondadosa y afectuosa requiere acción, no hay nada específico que tengas que hacer, ninguna prescripción que debas seguir. La mayoría de los actos auténticos de bondad y generosidad parecen surgir más bien de modo espontáneo, como si la mente de la persona hubiera integrado por sí sola el concepto de servir a los demás.

Algunas de mis lecturas que he realizado, se inician con sugerencias  que consisten en comenzar el día planteándome preguntas de diferente índole: “Cómo puedo prestar algún servicio”  Esto me ha resultado útil para recordar las diversas maneras y formas que debo seguir para recordar las diferentes maneras de tener la oportunidad y poder ayudar a otras personas. Cuando ocurren estas interrogantes, las respuestas surgen durante todo el día.

Si tú te propones ayudar a otras personas, casi de inmediato surge la posibilidad de que pongas en práctica tus propósitos, ya que las oportunidades surgen en forma espontánea: ayudar a un invidente a cruzar una calle, dar el paso a una dama, ceder tu asiento a un inválido, recoger basura que puede estar tirada en la calle. La clave consiste en tener buena disposición para hacerlo y recordar que realmente la ayuda que se puede prestar a los demás no consiste en hacer una sola cosa.

No se trata de hacer algo bueno y preguntarse después por qué los demás no se preocupan en prestar alguna ayuda a terceros; por el contrario, una vida de servicio es un proceso que abarca toda la existencia, y se constituye en una manera o forma de ver la vida, si hace falta sacar la basura, sácala tú y ponla en su lugar, aunque no te corresponda hacerlo. Yo he descubierto que a veces la mejor manera de ayudar a otros es muy sencilla, es algo así como un pequeño acto silencioso, que pasa desapercibido y si puedo desempeñarlo, me agrada hacerlo.


Existe un viejo refrán que dice “En el dar está la recompensa”  es muy cierto, cuando das algo o prestas un servicio, sientes la recompensa del deber cumplido y eso es suficiente. Si aprendes a dar o a darte a los demás con generosidad, llegarás a sentir una paz que jamás habrías creído posible con anterioridad, porque en esos casos todos salen ganando mucho, especialmente tú con la satisfacción del deber cumplido.

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