jueves, 6 de marzo de 2014

UN LUGAR PARA MEDITAR.

MEDITACION.
Yo recuerdo cuando muy pequeño me llevaban mis padres a visitar una iglesia católica como un lugar donde se guardaba mucho silencio y la compostura adecuada para sentarse frente a un altar sacro, y persignarse para iniciar alguna oración o un pedimento. Esos lugares eran especiales, llenos de flores, imágenes de bulto o pinturas en cuadros que tenían una representación sagrada en nichos especiales con altares llenos de flores y quemadores especiales para prender velas y veladoras al santo de su predilección. Comento estos recuerdos porque fueron lugares sagrados dedicados especialmente a la oración y ceremonias religiosas donde la gente se comportaba con mucho respeto y guardaba silencio para dedicar su estancia a orar en silencio las oraciones adecuadas de acuerdo con sus peticiones y creencias.

Comento estas vivencias porque siendo lugares públicos, también eran lugares dedicados a la oración, donde los asistentes podían encontrar momentos de verdadera tranquilidad y paz interior de acuerdo a las creencias que cada uno tenía por continuar una disciplina mental, por gusto o por herencia familiar, aunque estos lugares públicos predominan actualmente en forma de iglesias o sinagogas de acuerdo a las religiones que cada uno posee.  

Ese tipo de disciplina mental se ha continuado pero ahora con técnicas especiales para formular programaciones de control mental y meditar debidamente en un lugar que  llamaremos recinto sagrado del que podemos disponer en un lugar determinado o hacer una meditación en un lugar adecuado.

Ese lugar puede estar ubicado en tu casa, en tu oficina o en algún lugar sagrado para crear un espacio y examinar tu vida, dar gracias por algún favor recibido, o solamente para utilizar tus herramientas mentales básicas que disponemos, para ayudarnos  a encontrar el camino adecuado que todos buscamos.

Conozco algunos empresarios, estudiantes universitarios, atletas, profesores y escritores que he considerado excéntricos y algunas amistades, que han creado lugares especiales para ellos mismos, donde dedican el tiempo suficiente para meditar. Son  espacios muy reducidos donde disponen de una decoración sencilla con una mesa y una silla que consideran las herramientas suficientes para celebrar y consagrar su labor interior. Son lugares dedicados a la concentración, donde a decir de ellos, al principio quizá no sucede nada. Pero son lugares venerables  los que les sacan provecho, y donde consideran que al final siempre acabará sucediendo algo.

Puede haber personas que les desagrade la idea de la meditación, nos da la sensación de algo místico que no tenemos la costumbre de invocar, tal vez porque algunas personas meditan en flor de loto, o lo hacen con el rito tibetano, pero en occidente disponemos de muchas opciones que han evolucionado recientemente. La meditación no tiene ninguna relación con alguna religión, ni con ningún rito sagrado; tampoco se trata de una filosofía de algún estilo de vida. Actualmente mucha gente sigue esta práctica como una técnica mecánica para alcanzar un profundo estado de tranquilidad de conciencia. Se trata de la forma de meditación que más se ha estudiado y que aporta a nuestra vida un potencial único.

Todo resulta más sencillo si realizamos la meditación en un lugar creado para tal fin, por lo mismo es importante que podamos disponer de un espacio con elementos que posean una cualidad sagrada para nosotros y nos proporcione alegría, paz interior y tranquilidad.


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