martes, 18 de marzo de 2014

INSOMNIO.

El solo escuchar esta palabra a muchos nos hace recordar algún momento de nuestra vida que hemos tenido trastornos con el sueño, por mucho o en poco tiempo, pero de alguna manera hemos padecido una o varias noches en vela o durmiendo mal, por alguna preocupación, responsabilidad, exceso de trabajo o algún problema latente que nos atañe en forma directa o indirecta durmiendo poco o durmiendo mal ya bien entrada la noche, a una de esas horas inciertas entre media noche y el alba, cuando la persona despierta después de luchar con una espantosa pesadilla en que el sueño y la realidad parecen confundirse.

Durante un momento la persona que es víctima de insomnio se siente paralizada e incapaz de moverse para ver la hora porque siente que puede estar despierta o sigue dormida, pero le resulta imposible darse cuenta si su cabeza es una tormenta de horribles imágenes irreales o de recuerdos de una tragedia de la vida real. Y tal vez siga afectada por el efecto del somnífero que ha ingerido antes y su efecto ha durado menos de tres horas. Otra vez vuelve a entrar en la trampa del insomnio y en realidad se siente peor que cuando se acostó, con el afán de dormirse nuevamente y lograr algún descanso y vuelve a tomar dos o tres pastillas para lograr conciliar el sueño.

La persona que se encuentra en estas condiciones padece insomnio provocado por los somníferos. Esta situación ha sido causa de muchas preocupaciones y controversias, por lo que recientes investigaciones y muy diversas opiniones, cuyos hallazgos recomiendan moderación y confirman rigurosamente el uso de las pastillas que se expenden comercialmente para dormir, y únicamente producen hábito, o exigen cada vez mayores dosis para surtir los efectos deseados. Los  estudios realizados por los especialistas han llegado a obtener los resultados siguientes:

1.-Muchos de los ingredientes que se toman para llegar a conciliar el sueño, pueden llegar a trastornar la forma de dormir y pueden ser la causa de tener un despertar nocturno.
2.-Por razones de conservación de la salud es recomendable disminuir el  insomnio, sin tener que recurrir a sedantes.
3.- Las pastillas o los somníferos para conciliar el sueño solamente deben tomarse cuando se ha sufrido un problema grave, originado por una desgracia, pérdida de un familiar cercano, o debido a un choque nervioso, o algún otro tipo de crisis ocasionales.
4.-El insomnio crónico debe ser atendido por un médico especialista en  insomnio que investigue con profundidad el origen que provoca el insomnio.
5.- La mayoría de personas que padecen insomnio pueden encontrar alivio a su mal con ejercicio habitual y sentido común de utilizar las horas de vigilia en vez de abusar de ellas.

La persona que dice “que no durmió nada”, únicamente dice cómo sintió pasar la noche y no lo que sucedió en la realidad. Los insomnes no son los que no  pueden dormir, sino aquellos que tardan mucho en conciliar el sueño, quienes se despiertan demasiado temprano y no se pueden volver a dormir. Los que despiertan muchas veces por la noche y permanecen con los ojos abiertos el tiempo suficiente para inquietarse.

Las personas con trastornos de depresión, suelen quejarse de que no duermen con facilidad pero se despiertan muy pronto, después de haber dormido dos  tres horas de sueño. Esta incidencia puede ser el anuncio del primer síntoma de una enfermedad y algunas gentes piensan que están decaídos porque duermen mal y por lo regular niegan que sea un síntoma de alguna enfermedad, argumentan que si durmieran bien, mejoraría su estado de ánimo. Si pudiera ser tu caso alguna de estas incidencias nocturnas, sería recomendable que acudieras a un médico especialista para tratar tu caso de insomnio.



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