martes, 11 de marzo de 2014

LA TRILOGÍA DE LA SAL DE LA VIDA.

En últimas fechas hemos visto que conseguir un trabajo se ha dificultado mucho sobre todo para la gente que no dispone de preparación suficiente  la que no tiene la capacidad suficiente para desempeñar un empleo. En cambio para la mayoría de la gente que ya dispone de un trabajo asegurado y con suficiente antigüedad dentro de una burocracia gubernamental, o en una empresa de participación estatal, le resulta demasiado fácil acomodarse a un medio de vida tranquilo, al gozar de semana inglesa y mini vacaciones de viernes a domingo (incluyendo en ocasiones el lunes por ser día de fiesta nacional) cubriendo horarios de trabajo con un mínimo esfuerzo y un máximo de placer.

Se ha observado que las diversiones en sus diferentes modalidades han sido la aspiración nacional; cubriendo su principal aspiración de darse buena vida, como puede ser la preferencia de jóvenes y adultos en sucesión de diversiones tales como: funciones de cine, cablevisión reuniones dominicales, fiestas con algunos excesos alcohólicos, (alcoholímetro) y drogas.

Este sistema de vida indolente e indisciplinada ha agotado nuestro vigor individual y puesto en peligro nuestra forma democrática de gobierno. Es posible que nuestra población requiera de nuevos aportes de disciplina y de moralidad. Las democracias no han realizado ningún esfuerzo para introducir nuevas cualidades entre sus ciudadanos. Se han establecido varios programas de mejoramiento social en la población, pero se han olvidado que la vitalidad de estos términos depende en última instancia del propio ciudadano. No se puede transformar una personalidad  decadente en sostén duradero de una humanidad con mejores capacidades.

En estas fechas se han hecho descubrimientos debidamente probados, que han resultado útiles sobre el estudio de los frutos, de las flores, sobre todo en la industria químico farmacéutica y la de alimentos, pero se ha descuidado la aplicación para nuestro propio y completo florecimiento, con principios sencillos y científicos. En cambio, en nuestros tejidos y en nuestro cerebro se han desarrollado vastas potencialidades que solo esperan conseguir un empleo fijo para desarrollarse.

En cambio se conoce que año con año los gobiernos han utilizado los recursos internos y externos para fortalecer sus programas sociales  establecidos mediante amplios presupuestos con varios canales de ingresos, para la creación de nuevos comités y organizaciones que ponen al servicio de los ciudadanos, para poder conseguir una regeneración de nuestro pueblo, a la que habrá de llevarla a laboratorios de investigación  de tipo social, para realizar investigaciones y estudios que sirvan de aplicación a nuestras vidas privadas.

Debe reconocerse y tomar en cuenta con toda la vehemencia que nos es propia, que esta transformación que se pretende obtener, no solo es preocupación en provecho del hombre, sino que debe haber la participación más importante de él mismo, que puede hacer como una contribución a la sociedad.


Esta renovación que se espera de nosotros mismos es una actividad tridimensional del maravilloso organismo humano que consiste en tres funciones importantes: la física, la mental y la moral. Si nuestra finalidad quiere conseguir la alegría de vivir en forma completa, debemos aportar nuestra contribución particular a la civilización actual, debemos disciplinarnos en estos tres planos de la vida. De no conseguir esta fusión necesaria de la mente y del  espíritu, la sal de la vida pierde su mejore sabor.

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