jueves, 6 de septiembre de 2012

DILE ¡SI! A LA VIDA.


¡SI!
Cuando hablemos del “universo” nos estaremos refiriendo a nuestro plan de vida que parece imponerse a los planes y proyectos que tengamos en mente y actúa por sí mismo, interfiriendo con nuestra forma de pensar  como quisiéramos que fueran los resultados. Esta situación se observa en la actitud de varias personas que con sus conductas o sus respuestas, intervienen en nuestra vida mediante procedimientos y formas en las que nosotros carecemos de control. A eso se debe que muchas veces ante nuestros resultados previstos, pueden moverse en otra dirección específica y ocurren hechos que desvirtúan la realidad y surge la posibilidad de lo inesperado.

Debemos estar preparados a estas situaciones y son las veces que debemos aceptar las cosas como ocurren y es cuando debemos hacer un gesto afirmativo, diciendo “si” con la cabeza, aceptando otras posibilidades que nos ofrece nuestro “universo” mediante otras maneras de ver el mundo, en forma más tranquila y sin tantas complicaciones.

Cuando decimos ¡SI! no es solo es la expresión y esperar un resultado, ya que decirlo lleva consigo una decisión producto de una manera de pensar y estar conforme con un resultado que puede ser el mejor. De otra forma y en caso inverso, al no aceptar y decir ¡NO! Equivale a bloquear una respuesta y rechazar una oportunidad de crecimiento. Decir “no”, promueve una situación de tensión por estar continuamente preocupados y con temores de que las cosas no resulten como las estamos esperando y con desgaste de energías, aumentando la carga que llevamos a cuestas.

 Cuantas ocasiones estamos preocupados y no sabemos el motivo, aunque tenemos diversas cosas pendientes en mente, sin precisar alguna. En esos casos es necesario recurrir a nuestro “yo superior” y confiadamente decirle ¡SI! con mucha seguridad de que estamos de acuerdo en todo aceptando su resultado. Lo importante es soltar completamente esas cargas de tensión que nos presionan y después de haber aceptado el resultado, podemos sentirnos más tranquilos porque abandonamos la resistencia y disponemos de una nueva óptica para ver las cosas, disminuyendo la ansiedad que nos movía en todo.

¿Quién no ha tenido en el curso de su vida una decisión importante? que le ha preocupado el resultado y cuando le es favorable, se agradece, es aceptado y se disfruta. Cuando no es así, ante un resultado adverso y no esperado, entonces la vida cambió y es cuando lo importante es aceptar las cosas como son. Esto puede ocurrir: con la pérdida de un familiar cercano, con la pérdida de un trabajo, en el caso de un divorcio, y tantas otras cosas que suelen ocurrir ante momentos de temor, miedo y tristeza.

Con frecuencia nos oponemos a todo lo que nos ocurre en la vida, aun pasando largo tiempo después, seguimos renegando de -aquella vez que estuvimos a punto de conseguir algo y no lo logramos-. Esto pudo haber sido un trabajo, una amistad, un premio (muchas veces no merecido), una relación y tantas otras cosas que nos entristecen y por supuesto nos acortan la vida cada vez que nos acordamos, solo por mostrar nuestro desagrado y enojo.

 Esto se origina porque al organizar nuestra vida, dejamos plasmada una imagen de la forma en que queremos que ocurran las cosas, y nunca nos ponemos a pensar que pueden ocurrir de esa manera o de otra forma, es decir a nuestro favor o en contra. Es necesario ser positivo y pensar bien cuando queremos lograr algún propósito pero debemos tomar en cuenta que por la relación que existe con otras personas o por otros motivos, no siempre nos lleva a conseguir que las cosas sean a nuestro favor.

En los casos de decisiones importantes, surge un miedo de espera que finalmente se traduce en alegría o tristeza y que en ambos casos debemos estar preparados a recibir un resultado final, con la misma serenidad y no forzar las cosas con algún compromiso inoperante.... DILE ¡SI! A LA VIDA.

 

 

1 comentario:

  1. Muy bien! Darle el sí es abrirse a que más adelante esté la situación que buscamos. Tal vez todavía no nos hemos preparado para ella, pero viene en camino. Con lo que dices, si te niegas, tal vez también te niegas a recibirla más adelante. Gracias por la reflexión!

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