Comedores compulsivos. |
Mucha
dificultad causa eliminar un mal hábito. Pocas veces nos damos cuenta cuando
hacemos algo que no es bueno para nosotros y puede ser una vocecita interna en
nuestra cabeza que nos avisa con firmeza “No por favor” nos avisa al detectar un riesgo –al encender un
cigarrillo, nos servimos una copa más o abrimos a deshoras el refrigerador para
tomar un bocadillo- todo ello para calmar nuestros nervios.
Antes
de cambiar cualquier conducta, puede ser útil reflexionar acerca porqué quieres
librarte de algún mal hábito que no mejora ni contribuye a mejorar ese
sentimiento de bienestar al que posiblemente estás acostumbrado. Puedes
cuestionarte ¿Cuál será la parte positiva que obtenga a cambio? ¿El sosiego de
la serenidad emocional, el conseguir un cuerpo más delgado?
En
la medida que intimas más con tu “yo” interior y descubres con certeza lo que
verdaderamente deseas conseguir un beneficio, y apuntalas el valor necesario
para afirmar los primeros pasos vacilantes que son necesarios dar para
evolucionar y salir al exterior con una decisión única y saludable.
Pronto
empezarás a buscar los susurros que animan y consuelan tu decisión, eliminando
aquellos murmullos que te regañan. Entonces una noche en que sediento acudas al
refrigerador en busca de vino, disfrutarás mejor un vaso de agua mineral con
una rodaja de limón. Lo mismo para calmar los nervios, en vez de prender un cigarrillo
puedes leer un poco o terminar el crucigrama pendiente de cierre.
Con
mucha frecuencia somos inconscientes de las variadas formas que nos privamos de
los valiosos momentos que podríamos utilizar para fortalecer nuestra creatividad
mejorando nuestra conducta al eliminar malos hábitos que perjudican en forma
directa nuestra salud.
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