A
los veinte años pensaba solamente en continuar mis estudios y terminar profesionalmente
mi carrera y con la fama tendría suficiente. A los treinta había cumplido ese
pensamiento y mi interés consistía en estar bien ubicado y como la respuesta
era de agregar algún cero a mi cuenta bancaria y así continuar en un desarrollo
de vida y con éxito en mis actividades.
Ahora
ya en los ochenta, he tenido oportunidad de darme cuenta que la fama se consigue
pero a un precio demasiado alto. Es más importante estar “realizado” en la preparación de planes creativos desde su inicio
hasta el final y resulta ser más satisfactorio una proyección que permita ir
consiguiendo una vida feliz, más que ser una persona famosa.
He
tenido la madurez suficiente para apreciar la felicidad a través de mi familia,
en la amistad que he podido conseguir por
muchos años de mis amigos, veo con
agrado que puedo pagar sin problemas mis facturas, satisfacer mis necesidades,
así como varias otras cosas que me permiten valorar la vida con la ventaja de
ser rico sin necesitar dinero para serlo.
He
conocido varias personas famosas que
lo único que tienen es suficiente dinero y han tenido oportunidad de conseguir
riquezas materiales y sufren de muchas pobrezas, ya que manejan vidas
tormentosas que aun con toda su fortuna no han podido garantizar su felicidad.
Sobre todo cuando les veo pasar en flamantes automóviles seguidos de camionetas
con guardias de seguridad que les cuidan, porque de ese tamaño es el miedo que
tienen de sufrir algún percance.
A
veces se trata de algo tan sencillo como gozar de la libertad que nos permite
transitar solos y visitar cualquier lugar público, levanto la vista hacia el
cielo y puedo gozar de la amplitud del Universo, gozar el calor solar, la
brillantez de la luna, sentarme con toda tranquilidad en algún lugar y durante
unos minutos no pensar en nada. La fortuna de estos privilegios que nos concede
la vida es que no cuestan nada, pero no cualquiera los realiza.
Cuando
no apreciamos debidamente lo que se nos ofrece, no vemos la magnitud de los
dones que tenemos constantemente delante, y por lo mismo vivimos en la escasez
en vez de vivir con abundancia de muchos bienes que nos rodean y no tenemos la
capacidad de observación. Es muy posible la diversidad de problemas que todos
podemos tener y a pesar de ello, existen tantas cosas por las que sentirse
agradecidos que no caben en nuestra imaginación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario