Santa Teresa de Jesús. |
En
días pasados fue celebrado el día de las Teresas y mi esposa celebra su santo y
cumpleaños en esos días y por lo mismo guarda desde hace muchos años un
reconocimiento especial a Santa Teresa
como mujer y a su obra, por lo que a mí me ha despertado el interés de conocer
un poco más sobre su vida, por lo que para edificación del mundo dejó lo que
Paulo VI denominó “el esplendor de la
sabiduría cristiana.
Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en el año 1515, conservando la ciudad
su sabor medieval con callejuelas y casas de cuadrangular estructura donde
creció Teresa en el seno de una familia alegre y numerosa.
La
ahora Santa inició su actividad a la edad de 20 años ingresó al convento de la
Encarnación para tomar el hábito de las Carmelitas donde pasó 27 años de
completa espiritualidad y para esto hay testigos que juraron haberla visto
elevarse y quedar suspendida en el aire largo tiempo.
Se
dice que su rostro parecía iluminado por una luz interior y su cuerpo perdía
todo peso y le parecía que le hablaban voces interiores y veía ciertas
visiones. Todo esto le hacía considerar que más parecía una hostería de postín
que un Convento; por lo que ella se propuso fundar su propio monasterio, donde
unas pocas aspirantes con auténtica vocación pudieran dedicarse a una vida de
verdadera pobreza.
Ante
mucha negación de las religiosas de la
Encarnación, fue necesario que intervinieran las autoridades eclesiásticas
para apoyar la “noble locura de Teresa”
para permitirle conservar la casita de piedra que se levanta actualmente en las
afueras de la ciudad. En esta forma
se originó la Orden de Carmelitas
Descalzas con hábito burdo y oscuro sayal cubierto con capa blanca y
alpargatas.
Cada
monja disponía de su propia celda con sus camas de jergón de paja y Teresa
usaba un tronco por almohada, se practicaban prolongados ayunos y trabajaban
intensamente con el fin de ganar dinero para el sustento de la casa. Cada celda
disponía de un jarrón de agua para el aseo. La fundadora fue una incansable
defensora de la limpieza y el orden.
Ella
se aplicó en su celda a relatar el valor de sus experiencias para que la
Iglesia tuviera una constancia de sus vivencias, habiendo utilizado el
antepecho de la ventana. “Lo escribo casi hurtando tiempo y con pena, porque me
estorbo de hilar, por estar en casa pobre y con hartas ocupaciones”. Con un
lenguaje llano surgió su famosa autobiografía La Vida” que figura entre las obras clásicas del mundo.
Teresa
fue censurada por “desobediente” y los superiores del viejo Carmelo, le
ordenaron que se abstuviera de fundar nuevos conventos; finalmente intervino el
propio Felipe II y con todo el peso de su autoridad, para apoyar la reformación
de la nueva Orden. Los hombres también pidieron que se les admitiera en su
reformación y en vida de la Santa se fundaron 14 monasterios de frailes
descalzos. En Abril de 1582 fundó en Burgos la decimoséptima y última comunidad
de religiosas.
Su
delicada salud fue incapaz de soportar ese ritmo de actividad incansable,
sufrió una hemorragia que la obligó a guardar cama y el 4 de octubre pronunció
sus últimas palabras:
“Ya es llegada la hora que salgamos de
este destierro, Señor, y mi alma goce en uno contigo de lo que tanto he deseado”
No hay comentarios:
Publicar un comentario