Muchas
veces tenemos costumbres en nuestras actividades diarias que sin darnos cuenta
vamos adquiriendo hábitos que influyen en la conducta y realizamos con
frecuencia, la mayoría de las veces en forma inconsciente. Lo importante es
detectar oportunamente cuáles son buenos que podemos seguir utilizando y
aquellos que no lo son porque solamente perjudican nuestra conducta, ya que
ellos nos permiten conseguir éxitos o fracasos en nuestra vida, para eso es
recomendable hacer un alto en la vida y realizar un examen de nuestra conducta
para detener un poco el ritmo de vida que estamos llevando.
Nada
puede eliminarse con tanta dificultad como un hábito. Por lo general sabemos el
momento en que hacemos algo que no es
bueno ni recomendable a nuestra conducta, al detectar una vocecita en nuestro
interior de la cabeza, que nos repite la orden “no, no, no hagas eso” nos dice con frecuencia al momento de tomar
más de una copa, cuando encendemos ese cigarrillo del que ya sabemos sus efectos
nocivos a la salud o cuando nos levantamos de noche a tomar un pequeño bocado
para calmar los nervios.
Lo
recomendable es que antes de modificar cualquier conducta, es útil saber el
motivo por el que quieres cambiar un hábito que no mejora ni contribuye a
modificar tu sensación de bienestar. En el caso de un cambio, ¿Cuál será la
parte positiva que puedas conseguir con esa modificación de conducta? ¿Un
estilo de vida más sano con mejor energía y vitalidad? ¿Bajar de peso y
conseguir un cuerpo más delgado?
Una
reflexión a tiempo puede abrir los ojos de tu conciencia, para que procedas por
una decisión que te beneficie y resulte más adecuada a tus deseos, lo que
demuestra que empiezas a decidir por fórmulas más amables. A medida que
dialogas con tu “yo interno” descubres
mejores beneficios y consigues el valor suficiente para dar los primeros pasos
para ayudarte a mejorar tu conducta en beneficio de tu vida.
Los
cambios serán notables y te darás cuenta de que mejora tu ánimo y tus
decisiones son más firmes y notarás cambios en tu conducta que irás
descubriendo poco a poco. Cuando te sientas sediento, en vez de ir a buscar una
cerveza o un vaso de vino para refrescarte, tendrás a la mano un vaso de agua
mineral que con una rodaja de limón, soluciona tu sed. En vez de tomar un
bocado de más, empezarás a comer solamente en horas de comida y será suficiente
con lo que haya en tu plato. Eliminarás aquel cigarrillo que impulsivamente lo
utilizas para calmar tus nervios.
Puedes
tener por caso ver la televisión por más de cinco horas y haces un esfuerzo de
eliminar esa costumbre. Cuando ya has superado esa adicción, observarás con
sorpresa que liberado de esa costumbre, dispones de tiempo suficiente para otras
actividades más agradables y provechosas. Has un esfuerzo para eliminar tus
adicciones que te causan algún daño, siempre tendrás una compensación que te
dejarán satisfacciones que te ayudarán a conseguir mejoras en tu vida.
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