En
últimas fechas hemos visto que conseguir un trabajo se ha dificultado mucho
sobre todo para la gente que no dispone de preparación suficiente la que no tiene la capacidad suficiente para
desempeñar un empleo. En cambio para la mayoría de la gente que ya dispone de
un trabajo asegurado y con suficiente antigüedad dentro de una burocracia
gubernamental, o en una empresa de participación estatal, le resulta demasiado
fácil acomodarse a un medio de vida tranquilo, al gozar de semana inglesa y
mini vacaciones de viernes a domingo (incluyendo
en ocasiones el lunes por ser día de fiesta nacional) cubriendo horarios de trabajo con un mínimo
esfuerzo y un máximo de placer.
Se
ha observado que las diversiones en sus diferentes modalidades han sido la
aspiración nacional; cubriendo su principal aspiración de darse buena vida,
como puede ser la preferencia de jóvenes y adultos en sucesión de diversiones
tales como: funciones de cine, cablevisión reuniones dominicales, fiestas con
algunos excesos alcohólicos, (alcoholímetro) y drogas.
Este
sistema de vida indolente e indisciplinada ha agotado nuestro vigor individual
y puesto en peligro nuestra forma democrática de gobierno. Es posible que
nuestra población requiera de nuevos aportes de disciplina y de moralidad. Las
democracias no han realizado ningún esfuerzo para introducir nuevas cualidades
entre sus ciudadanos. Se han establecido varios programas de mejoramiento
social en la población, pero se han olvidado que la vitalidad de estos términos
depende en última instancia del propio ciudadano. No se puede transformar una
personalidad decadente en sostén
duradero de una humanidad con mejores capacidades.
En
estas fechas se han hecho descubrimientos debidamente probados, que han
resultado útiles sobre el estudio de los frutos, de las flores, sobre todo en
la industria químico farmacéutica y la de alimentos, pero se ha descuidado la
aplicación para nuestro propio y completo florecimiento, con principios
sencillos y científicos. En cambio, en nuestros tejidos y en nuestro cerebro se
han desarrollado vastas potencialidades que solo esperan conseguir un empleo
fijo para desarrollarse.
En
cambio se conoce que año con año los gobiernos han utilizado los recursos
internos y externos para fortalecer sus programas sociales establecidos mediante amplios presupuestos con
varios canales de ingresos, para la creación de nuevos comités y organizaciones
que ponen al servicio de los ciudadanos, para poder conseguir una regeneración
de nuestro pueblo, a la que habrá de llevarla a laboratorios de
investigación de tipo social, para
realizar investigaciones y estudios que sirvan de aplicación a nuestras vidas
privadas.
Debe
reconocerse y tomar en cuenta con toda la vehemencia que nos es propia, que
esta transformación que se pretende obtener, no solo es preocupación en
provecho del hombre, sino que debe haber la participación más importante de él
mismo, que puede hacer como una contribución a la sociedad.
Esta
renovación que se espera de nosotros mismos es una actividad tridimensional del
maravilloso organismo humano que consiste en tres funciones importantes: la física, la mental y la moral. Si
nuestra finalidad quiere conseguir la alegría de vivir en forma completa,
debemos aportar nuestra contribución particular a la civilización actual, debemos
disciplinarnos en estos tres planos de la vida. De no conseguir esta fusión
necesaria de la mente y del espíritu, la sal de la vida pierde su mejore
sabor.
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