El
solo escuchar esta palabra a muchos nos hace recordar algún momento de nuestra
vida que hemos tenido trastornos con el sueño, por mucho o en poco tiempo, pero
de alguna manera hemos padecido una o varias noches en vela o durmiendo mal,
por alguna preocupación, responsabilidad, exceso de trabajo o algún problema
latente que nos atañe en forma directa o indirecta durmiendo poco o durmiendo
mal ya bien entrada la noche, a una de esas horas inciertas entre media noche y
el alba, cuando la persona despierta después de luchar con una espantosa
pesadilla en que el sueño y la realidad parecen confundirse.
Durante
un momento la persona que es víctima de insomnio
se siente paralizada e incapaz de moverse para ver la hora porque siente que
puede estar despierta o sigue dormida, pero le resulta imposible darse cuenta
si su cabeza es una tormenta de horribles imágenes irreales o de recuerdos de
una tragedia de la vida real. Y tal vez siga afectada por el efecto del
somnífero que ha ingerido antes y su efecto ha durado menos de tres horas. Otra
vez vuelve a entrar en la trampa del insomnio
y en realidad se siente peor que cuando se acostó, con el afán de dormirse
nuevamente y lograr algún descanso y vuelve a tomar dos o tres pastillas para
lograr conciliar el sueño.
La
persona que se encuentra en estas condiciones padece insomnio provocado por los somníferos.
Esta situación ha sido causa de muchas preocupaciones y controversias, por lo
que recientes investigaciones y muy diversas opiniones, cuyos hallazgos
recomiendan moderación y confirman rigurosamente el uso de las pastillas que se
expenden comercialmente para dormir, y únicamente producen hábito, o exigen
cada vez mayores dosis para surtir los efectos deseados. Los estudios realizados por los especialistas han
llegado a obtener los resultados siguientes:
1.-Muchos
de los ingredientes que se toman para llegar a conciliar el sueño, pueden
llegar a trastornar la forma de dormir y pueden ser la causa de tener un
despertar nocturno.
2.-Por
razones de conservación de la salud es recomendable disminuir el insomnio,
sin tener que recurrir a sedantes.
3.-
Las pastillas o los somníferos para conciliar el sueño solamente deben tomarse
cuando se ha sufrido un problema grave, originado por una desgracia, pérdida de
un familiar cercano, o debido a un choque nervioso, o algún otro tipo de crisis
ocasionales.
4.-El
insomnio crónico debe ser atendido por un médico especialista en insomnio
que investigue con profundidad el origen que provoca el insomnio.
5.-
La mayoría de personas que padecen insomnio pueden encontrar alivio a su mal
con ejercicio habitual y sentido común de utilizar las horas de vigilia en vez
de abusar de ellas.
La
persona que dice “que no durmió nada”,
únicamente dice cómo sintió pasar la noche y no lo que sucedió en la realidad.
Los insomnes no son los que no pueden
dormir, sino aquellos que tardan mucho en conciliar el sueño, quienes se
despiertan demasiado temprano y no se pueden volver a dormir. Los que
despiertan muchas veces por la noche y permanecen con los ojos abiertos el
tiempo suficiente para inquietarse.
Las
personas con trastornos de depresión, suelen quejarse de que no duermen con
facilidad pero se despiertan muy pronto, después de haber dormido dos tres horas de sueño. Esta incidencia puede
ser el anuncio del primer síntoma de una enfermedad y algunas gentes piensan
que están decaídos porque duermen mal y por lo regular niegan que sea un
síntoma de alguna enfermedad, argumentan que si durmieran bien, mejoraría su
estado de ánimo. Si pudiera ser tu caso alguna de estas incidencias nocturnas,
sería recomendable que acudieras a un médico especialista para tratar tu caso
de insomnio.
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