En
todo lo que tengo de camino recorrido hasta hoy, he conocido mucha gente
apegada a su pasado, sus costumbres, sus padres, sus familiares y su niñez y
por lo mismo con muchas dudas en su pensamiento, debido a que no han soltado
plenamente su pasado y por lo mismo no han podido ajustarse a su vida presente
que es la que deben disfrutar y a la que deben de tener actualizada en sus
actuaciones; siendo ya personas en edad de madurez y otros casos que se
encuentran en adultos mayores, lo que me hace pensar que no importa la edad
cumplida y continúan viviendo de diversos recuerdos de su pasado que nunca han
querido soltar y tal vez les ha durado toda la vida.
Si
yo te hiciera estas dos preguntas: ¿Quién
eres? ¿Cómo te describes a ti mismo? Es muy posible que en ambas
preguntas te encuentres varias trabas que retrasen tu respuesta, porque para
hacerlo en forma rápida, es probable que trates de echar mano de tu pasado ya
vivido, al que sin darte cuenta, te encuentres ligado y tal vez te cueste
trabajo desprenderte de él para elegir la persona que quieres ser hoy. Por lo
mismo, al tratar de darte una respuesta para ti, recurras a una remembranza de
tu vida para contestarte la segunda pregunta en la forma que te has conducido
siempre y al expresarlo te das cuenta que tu comportamiento no ha variado.
Conozco
varias personas a quienes he tratado mucho y con frecuencia al disponer de
alguna profesión y estar comentando alguna disciplina o simplemente dando una
opinión de su forma de ser dicen: soy muy
nervioso, soy persona que me preocupo mucho de todo, soy malo para las
matemáticas, soy olvidadizo, soy torpe para los deportes, yo siempre he sido
así, ya soy viejo y no cambiaré. Estos síntomas, dan a entender que las
personas no han hecho ningún esfuerzo para disponer de un crecimiento que les
distinga como persona y han puesto diversas trabas que les impide soltar sus
actitudes por estar encadenados a su pasado histórico, que no les ha permitido
crecer como personas.
Se
considera que sus autodefiniciones no son negativas de origen, pero le pueden
perjudicar a la persona al etiquetarse esos calificativos que le pueden
representar un impedimento para el desarrollo de su personalidad. Le resultará
muy cómodo utilizar esa etiqueta como excusa para seguir con el mismo
comportamiento.
Es
muy posible que tú también hayas escuchado en otras personas, expresiones como:
Es mi carácter, Así soy yo, Siempre lo he
hecho así, No puedo evitarlo, estas expresiones les sirve a las gentes para
dar una explicación por las que nunca serán diferentes y no cambiarán su manera
de ser, ni tampoco considerarán alguna posibilidad de cambiar sus hábitos. Pero
si este pudiera ser tu caso, cualquier momento es bueno para empezar a soltar
las ataduras de tu pasado y decidas eliminar todas aquellas expresiones para
seguir siendo quien siempre has sido.
Mientras
tú consideres que algunas de las expresiones “yo soy”, no te dañen
como persona en tu trato y te sientes satisfecho con ellas, déjalas que
permanezcan en ti; pero cuando empieces a notar que empiezan a dañarte y
entorpecen tu vida, es el momento adecuado para iniciar algunos cambios en tu
persona. Es posible que algunas etiquetas te las hayan colocado otras gentes o
bien te las asignaron tus padres desde que eras niño y las has llevado contigo
desde esa época y muchas veces hacen que las
cosas resulten incómodas o difíciles para ti.
Estos
casos del entorno donde uno se desarrolla se originan en la clasificación en
que nos consideran otras personas. Citando por caso:
a).-Andrés
cursó sus estudios de primaria en una escuela pública y siempre tenía
dificultad con la enseñanza de aritmética debido a que no entendía bien la
explicación que daba su profesor y con frecuencia le decía:
“No tienes facilidad para los números”, “eres malo en las matemáticas”
En
este esquema siempre se le dificultaron las operaciones aritméticas y por lo
mismo Andrés no se preocupó nunca por aclarar sus dudas por la comodidad del
rechazo que sentía por los números y sigue actuando de forma negativa al
respecto, evitando las ocasiones de practicar las matemáticas y cuando sea
mayor y le pregunten:
¿Por
qué no estudiaste para actuario?, responderá “Oh, no sirvo para eso, siempre he sido así” “No me llevo bien con los números”
Estos
razonamientos siempre se repiten como respuesta en toda la vida de Andrés, y
nunca se objetan, solamente se aceptan como una condición normal.
Lo
mismo que ocurrió con el “profesor de matemáticas”, puede ocurrir con los
padres, los abuelos, los amigos de esa época, todos ellos coinciden hasta que
convencieron a Andrés que siempre has sido así. En el caso que les indiquen si
está dispuesto a cambiar, podrá decir que siempre ha sido así y los intentos
que haga para mejorar su persona, siempre
fracasarán porque ya ha demostrado que no puede hacerlo de otra manera porque toda
su vida ha sido así.
Este
caso de Andrés es patético, pero cuántas gentes van por la vida cargando sus
actitudes negativas mostradas en la infancia y nunca han podido eliminarlas de
su persona, a pesar de los rechazos de que ha sido objeto en su vida
personal, pero prefiere continuar así y
nunca hará nada para actualizar sus conocimientos y mejorar su imagen como
persona.
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