Rompe las Ataduras. |
Cuántas
veces hemos recibido algunas notas por nuestra actuación en alguna actividad en
que hemos participado y a cambio nos vemos distinguidos por nuestras amistades
o asistentes a los eventos, con cumplidos y opiniones gratas, que nos hacen
estar muy satisfechos por toda la aprobación externa que se nos ha otorgado. Lo
cierto es que esas demostraciones son gratas, bien recibidas y en nuestro fuero
interno nos agradó el envío de que fuimos objeto. En el caso de personas
famosas que viven de sus actuaciones y del aplauso, este frecuente
reconocimiento se vuelve una costumbre en sus presentaciones, lo que les deja
muy complacidos, la adulación les resulta deliciosamente agradable.
Esta
situación se refleja en los eventos de muchos de nosotros en nuestras decisiones
personales, cuando nos hemos dejado llevar por opinión de otras personas, y queremos
nos digan qué hacer para tomar una decisión y siempre con la aprobación de
personas externas que deben darnos las respuestas a nuestras decisiones. Si fuera tu
caso y permites que las opiniones de los demás influyan en tus actos y en algún momento no consigues
su aprobación, tendrás toda la razón del mundo para sentirte deprimido,
culpable e indigno, puesto que te estás demostrando que “ellos” son más
importantes que tú mismo.
En
esos casos la “búsqueda de respuesta”, se debe hacer con cuidado porque la
aprobación se convierte en una necesidad, donde esperas una respuesta externa
que nunca llega y lo único que te deja son dudas y quebrantos. Si ese tercero
no muestra interés y desaprueba algún proyecto, inmoviliza tu actuación aunque
sea levemente. La necesidad de la aprobación externa está mal, pero se llega al
verdadero problema cuando esta petición se convierte en una necesidad tuya para
lograr algún propósito que tú debes encarar.
Lo
importante de esta reflexión es que debes confiar en ti mismo para tomar las
decisiones que sea necesario llevar a cabo, de otra manera le estás dando mayor
importancia a la opinión de los demás que tu propia valoración. Debes ser muy
cuidadoso, porque representa una trampa peligrosa, y lo debes evitar al aceptar
consejos, es que estás concediendo el control de tu opinión a los demás, lo
cual resultará desastroso, al admitir opiniones de diversos lados y estarás
eliminando con ello tu voluntad propia.
Debes
cuidar mucho que tus decisiones sean fijas y puede ser que escuches sugerencias
de esas personas externas, pero finalmente al emitir tu opinión, sea la tuya la
que expongas y la hagas valer en todo momento, porque el apoyo y aprobación
recibido, puede ser un recurso de manipulación, demostrando que son más eficaces
las opiniones ajenas que a las tuyas y muchas veces lo haces por recibir
halagos y reconocimientos, a
cambio de ser manipulado por los demás.
Recordemos
un poco cuando fuimos niños, siempre éramos inducidos por las opiniones de nuestros
padres, a quienes obedecíamos con frecuencia a pesar de que muchas veces no
estábamos de acuerdo en todo. Con ese razonamiento crecimos con la tendencia de
pedir opiniones para actuar, y en la medida que nos fuimos instruyendo en el
tiempo transcurrido y cursando alguna actividad profesional quedamos
capacitados para tomar decisiones en nuestra vida personal.
Por
esta razón debemos utilizar nuestra libertad y el libre albedrío para decidir
en nuestra vida con lo que más nos conviene hacer, sin necesidad de estar
expuestos a recibir aprobación externa para ejecutar
nuestras actuaciones.
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