Cuántas
veces nos hemos impresionado por acontecimientos ocurridos en nuestro medio y
nos sentimos con preocupación o tristeza porque nos dicen a diario que el mundo
avanza con pasos rápidos hacia un desastre natural. Después del siglo anterior
que fue desastroso a decir de reconocidos alarmistas, agregan que este siglo
XXI todavía será peor. Los ecologistas, nos auguran que con tanto desperdicio
de recursos, habrá escasez de agua, el desperdicio de los recursos, el saqueo
de la naturaleza, el daño causado a los recursos naturales; así como otros
problemas sociales como la drogadicción, la decadencia moral, la promiscuidad, el
saqueo de las arcas públicas, así como la pérdida de las formas y los valores
éticos.
Con
estas noticias que diariamente se nos informa, nos saturan de malas noticias al
grado que miles de personas en el mundo son víctimas de depresión y de ellas un
alto porcentaje la soporta sin prestar mayor atención y por lo consiguiente
otro núcleo de población corre el riesgo de padecer algún trastorno en su salud
y en algún momento de su vida, precisamente en esos momentos, podemos
recurrir a varios avances a nuestro alcance, que son eficaces para combatir
esos malestares.
Con
todos estos antecedentes, basta un poco de reflexión para comprender que todas
las épocas han llenas de malas noticias y parece que las cosas tienden a ser
mejores por disponer de muchos adelantos científicos y tecnológicos que en la
actualidad nos hacen la vida más fácil y llena de comodidades. Vemos con
frecuencia que casi en todos los hogares disponen de uno o más televisores,
para muchos hogares el uso del automóvil se ha convertido en una necesidad, y
no se diga el uso personal de teléfonos celulares (móviles) y tantos otros
aparatos útiles, que basta programarles o darles instrucciones para que
proporcionen la información deseada.
Vivimos
en una época de paz y libertades que ahora es la más duradera en la historia de
la humanidad. El futuro si llegamos a excluir que ocurra algún accidente
desastroso, está predestinado a ser mejor. No podemos decir que esto mismo haya
ocurrido en el pasado en diversos lugares donde padecían hambre, la violencia y
la intolerancia, haciendo difícil la vida en esas épocas donde se padecieron
dos guerras mundiales con resultados funestos.
Hablando
de pobreza y hambre, recordemos que hasta hace algún tiempo, China ha sido el
país más poblado del planeta y que frecuentemente padecieron hambrunas en las
que llegaron a morir millones de personas. Hoy sabemos que es una nación muy
poderosa y aunque existen contrastes sociales, esos acontecimientos son
impensables. En la misma forma el mundo en desarrollo sigue viviendo con
pobreza, pero con apoyos y ayudas externas, están saliendo adelante. Así mismo
el caso de Japón que al terminar la segunda guerra mundial y vivió una época
difícil al grado de haber sufrido hambre, ahora es una nación económicamente
poderosa y forma parte de los países de primer mundo.
Es
posible que todos estos vaticinios, nos mantienen distraídos y propiamente
esclavizados por las rutinas, siendo una de las razones por las que nos
olvidamos de disfrutar de las cosas sencillas, y ¿Cuáles son esas cosas que
olvidamos? dar poca importancia a lo que verdaderamente vale la pena … “Vivir el momento presente” todo esto
como un antídoto contra ese tipo de preocupaciones que acarreamos a cuestas,
sin darnos cuenta que lo más importante significa disfrutar cada momento y cada
actividad por sí mismos.
Hay
cosas tan sencillas que podemos realizar para enriquecer nuestra vida, pero con
tanta información negativa a nuestro alcance, se nos olvida que el tiempo es un
recurso finito. Tenemos el caso de nuestro país que actualmente vive una etapa
difícil, con tantos problemas sociales
que se escudan en la oscuridad: narcotraficantes, políticos que
delinquen con frecuencia, malos gobernantes que abusan del poder, terroristas y
tantos otros ladrones que mucho daño le han causado al país y sin embargo: “El país
es muy noble y sigue en pie”.
Vivir
ahora quiere mucho, disfrutar todo lo que se hace por el hecho mismo de hacerlo,
y no estar sujeto a su resultado final. Procura disfrutar lo que haces
diariamente, así sea una actividad modesta como: pintar, lavar, asear en casa o
alguna labor que desempeñas en la oficina o en el taller, procura apreciar tu
entorno y si te encuentras a la intemperie, estar consciente de la brisa que
sientes en tu rostro, el canto de las aves, y todo lo que puede estar
ocurriendo a tu alrededor.
Estar
presente en el momento, es abrir nuestra conciencia para hacer más agradable
nuestra estancia, tenemos el privilegio de vivir y apreciar plenamente las
cosas que están sucediendo, ya sea que las aceptemos o no. Cuando estamos
viviendo el presente, podemos eliminar de nuestra mente todos los miedos que
nos invaden con frecuencia, así como aquellas preocupaciones que nos pudieran
ocurrir en lo futuro, recuerda que “Vivir
ahora … es lo más importante”
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