Te
dejas llevar mucho por los anuncios publicitarios y por spots de la televisión,
lees muchas revistas y te informas mucho de los aparatos electrónicos que salen
al mercado y están de moda. Te hago estos comentarios, porque te voy a
preguntar lo siguiente: ¿Tienes todo lo que necesitas en este preciso momento?
¿Y alguna vez has pensado en tus carencias? Yo soy de los que creo que pocos de
nosotros somos las personas que tenemos todo lo que queremos y en ocasiones
tenemos la sensación de que nuestras carencias acaparan nuestras
preocupaciones.
Nuestra
sensatez se ve ofendida ante el bombardeo de anuncio de diversos artículos en
los medios de comunicación que llegan a santificar a las personas que son
agraciadas por los objetos de marca y demasiado costosos que usan sobre todo
los políticos y las personas que en sus inicios disponían de carencias hasta de
cosas básicas. Es fácil dejar de tener una noción clara de lo que necesitas
para llevar una vida verdaderamente agradable y tranquila. Acá surge la
necesidad de hacer la reflexión siguiente: ¿Podemos suponer que la respuesta la
podemos encontrar en esos anuncios con los que nos bombardean
publicitariamente? ¿O la respuesta la encontraremos en una revista de modas o
en las películas que con frecuencia promueven?
Considero
que si tu deseo es tener una vida feliz, creativa y realizada, es importante
hacer una reflexión para precisar con
una distinción entre lo que son tus carencias, y tus necesidades. Porque de
otra manera lo que está pasando que puede originarse en una confusión en
términos y por esa razón tu estado de ánimo no es muy agradable. Sobre todo
debes tomar en cuenta que en la vida no se pueden poseer todas las cosas al
mismo tiempo.
Aquí
puede citarse el caso de los bebés, que
cuando están cubiertas sus necesidades, está tranquilo y lo expresa cuando está
contento o dormido. Es el caso cuando están cubiertas tus necesidades y tú te
sientes tranquilo y satisfecho de poseer lo que necesitas en un momento
determinado. Llegado este caso, puedes preguntarte ¿Qué es lo que me hace falta
para tener una vida satisfactoria?, claro que acá está la clave del asunto, ya
que cada persona puede dar un respuesta diferente, por ser de carácter
personal, donde intervienen muchos factores que cada uno valora como muy
importantes y que encuentra de acuerdo a sus prioridades. Debes confiar en la
fiel sabiduría de tu corazón. Solo después de tomar conciencia de lo que
consideres como “tus necesidades
interiores” puedes ser capaz de permitir que se manifieste en tu vida,
aunque muchas veces es inevitable cuando sientes que tienes una gran necesidad
de algo.
La
abundancia no es algo que se adquiere, es aquello que puedes comprender. Este
pensamiento es necesario para que puedas lograr el principio de la abundancia y
que encuentre una aplicación en tu vida. Tú eres el único que emite esos
pensamientos y la forma en que puedas entender tu entorno, a través de unos
ojos que solo vean escasez y eso es lo que habrá; o en cambio, abundancia sin
límites y eso tendrás.
Todo
aquello que deseas poseer para ser feliz, servirá para que puedas comprender
que eres controlado desde el exterior por aquellas cosas que te llaman la
atención y que deseas tener derecho de posesión. Esta postura es la que te
lleva a creer que estás incompleto y que esa situación se puede solucionar
mediante las cosas que deseas. Y así te creas un ambiente del que consideras
que no puedes escapar en tanto pienses solamente que las posesiones pueden
llenar ese vacío que tienes presente.
¿Cómo
puedes llegar a poseer algo? Una forma de hacerlo es pensar por un momento que las
necesidades de cosas, puedes disponerlas al soñar en ellas mientras duermes, y
así lo deseas: coches nuevos, una casa grande y cómoda, dinero suficiente,
viajes largos de vacaciones o cualquier otro satisfactor. Al momento de
despertar te podrás dar cuenta que esas posesiones son producto de ilusionismo,
y pudieron ser posibles durante el tiempo que transcurre tu sueño. Ahora trata
de imaginar esas cosas bajo la perspectiva del sueño, pero a una edad de
ochenta o noventa años, cuando seas capaz de que al despertar puedas revisar
con cuidado todas esas posesiones que soñaste un día y en ese momento son
posesiones de tu propiedad y ante la triste realidad comprendes que ya no te
sirven.
Así
como ocurren las cosas en el mundo que nada es completo y por lo consiguiente
nosotros también somos incompletos, todo se transforma, incluyendo los títulos
de nuestras propiedades, dinero cosas y hasta la familia, todo va dando vueltas,
quedando una temporada en nuestras manos para disfrutarlas y después de un
tiempo, vuelven a circular, pasando a otras manos. Todo es una ilusión aunque
temporalmente las poseemos y después las dejamos ir, irónicamente con la misma
idea de poseer lo que deseamos, sin necesidad de llegar a depender de ellas.
O
sea que verdaderamente ... ¿Tienes
necesidades?
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