jueves, 19 de febrero de 2015

EL USO QUE LE DAMOS AL DINERO.

No existe la menor duda de que el dinero otorga muchas facilidades y la gente se siente más cómoda y menos nerviosa si dispusiera con mayor facilidad del dinero para satisfacer todas sus necesidades en un momento determinado; lo cierto es que su manejo requiere de una educación especial para saber administrarlo y usarlo en la forma más adecuada y equitativa. También es cierto que los medios de difusión se valen de todos los recursos para dar a conocer y poner a nuestro alcance varios satisfactores necesarios algunos y otros completamente innecesarios pero que nos bombardean con promociones fáciles que dan la impresión que carecemos por gusto, de diversos objetos o servicios.

En principio no podemos manejar un comportamiento como si en realidad dispusiéramos de todo el dinero del mundo si no es cierto. Hoy no podemos gastar el dinero en forma ociosa, como si el mañana no existiera y nunca más nos presentaran las facturas para su pago. El mañana siempre llega y el momento se conoce cuando empiezan a llegar la totalidad de facturas acumuladas cada fin de mes, convirtiendo su pago en un tema doloroso y preocupante, el cual libera emociones tóxicas que mantienen al deudor atrapado en una angustiosa situación.

Lo que se pretende es que los números coincidan en forma equilibrada entre lo que se dispone y lo que se paga, pero cuando esos números no se corresponden es cuando empieza a invadir el pánico y el nerviosismo se presenta manifiesto en cualquier momento. Aunque esa forma de actuar solo sirve para empeorar la situación financiera del deudor.

Sobre todo cuando se refiere a los “servicios contratados” con empresas especializadas como es el caso de “luz, teléfonos, agua, impuestos, etc.” cuyas facturas recibimos oportunamente a domicilio para su pago y aunque estemos apurados de dinero son transacciones financieras que constituyen un  intercambio de energía y servicios que nos otorgan ciertas comodidades en nuestra casa y que debemos liquidar en dinero, manteniendo un flujo constante en nuestra vida cotidiana.

En estos casos es cuando debemos prever la disponibilidad de dinero con compromisos contraídos para disponer de un flujo suficiente que nos permita liquidar oportunamente las facturas junto con otros compromisos para evitar preocupaciones al deudor, por carencia de efectivo disponible para … DARLE UN USO ADECUADO AL DINERO.

Muchas ocasiones el exceso de preocupaciones, convierte a las personas en “gastadores compulsivos” que en alguna forma pueden calmar su estado nervioso, haciendo compras innecesarias a base de tarjetas de crédito y adquiriendo compromisos de pago en cantidades fuera de su capacidad de pago, lo que provoca un desequilibrio financiero en su situación personal, no importando su recuperación de efectivo, provocando con ello situaciones angustiosas en su situación personal. Lo único preocupante es cuando esta conducta se vuelve crónica y es causante de estados anímicos de muy baja calidad de vida.



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