No
existe la menor duda de que el dinero otorga muchas facilidades y la gente se
siente más cómoda y menos nerviosa si dispusiera con mayor facilidad del dinero
para satisfacer todas sus necesidades en un momento determinado; lo cierto es
que su manejo requiere de una educación especial para saber administrarlo y usarlo en la forma más
adecuada y equitativa. También es cierto que los medios de difusión se valen de
todos los recursos para dar a conocer y poner a nuestro alcance varios
satisfactores necesarios algunos y otros completamente innecesarios pero que
nos bombardean con promociones fáciles que dan la impresión que carecemos por
gusto, de diversos objetos o servicios.
En
principio no podemos manejar un comportamiento como si en realidad
dispusiéramos de todo el dinero del mundo si no es cierto. Hoy no podemos
gastar el dinero en forma ociosa, como si el mañana no existiera y nunca más
nos presentaran las facturas para su pago. El mañana siempre llega y el momento
se conoce cuando empiezan a llegar la totalidad de facturas acumuladas cada fin
de mes, convirtiendo su pago en un tema doloroso y preocupante, el cual libera
emociones tóxicas que mantienen al deudor atrapado en una angustiosa situación.
Lo
que se pretende es que los números coincidan en forma equilibrada entre lo que
se dispone y lo que se paga, pero cuando esos números no se corresponden es
cuando empieza a invadir el pánico y el nerviosismo se presenta manifiesto en
cualquier momento. Aunque esa forma de actuar solo sirve para empeorar la
situación financiera del deudor.
Sobre
todo cuando se refiere a los “servicios
contratados” con empresas especializadas como es el caso de “luz, teléfonos, agua, impuestos, etc.”
cuyas facturas recibimos oportunamente a domicilio para su pago y aunque
estemos apurados de dinero son transacciones financieras que constituyen
un intercambio de energía y servicios
que nos otorgan ciertas comodidades en nuestra casa y que debemos liquidar en
dinero, manteniendo un flujo constante en nuestra vida cotidiana.
En
estos casos es cuando debemos prever la disponibilidad de dinero con
compromisos contraídos para disponer de un flujo suficiente que nos permita
liquidar oportunamente las facturas junto con otros compromisos para evitar
preocupaciones al deudor, por carencia de efectivo disponible para … DARLE UN
USO ADECUADO AL DINERO.
Muchas
ocasiones el exceso de preocupaciones, convierte a las personas en “gastadores compulsivos” que en alguna
forma pueden calmar su estado nervioso, haciendo compras innecesarias a base de
tarjetas de crédito y adquiriendo compromisos de pago en cantidades fuera de su
capacidad de pago, lo que provoca un desequilibrio financiero en su situación personal,
no importando su recuperación de efectivo, provocando con ello situaciones
angustiosas en su situación personal. Lo único preocupante es cuando esta
conducta se vuelve crónica y es causante de estados anímicos de muy baja
calidad de vida.
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