viernes, 8 de agosto de 2014

CALIDAD DE VIDA.

En un club deportivo al que acudo regularmente, platicaba hace unos días con un compañero en los vestidores después de que lo vi un poco agotado por el esfuerzo de dos partidos de tenis que había tenido y me decía que su condición física ya no era igual a la de hace unos años en que sostenía hasta tres encuentros sin mayor esfuerzo; pero que ahora a sus 62 años le costaba más esfuerzo hacerlo con facilidad. En seguida me comentó que había ido a su chequeo médico y de laboratorio, que acostumbra hacer cada año y en su consulta le preguntó al especialista que de acuerdo a su estado físico: ¿Cuántos años más le calculaba de vida activa?

Como respuesta el médico le dijo: “Actualmente la gente vive muy rápido y se preocupa mucho de mayor número de cosas por su vida, por su familia y hasta por lo que ocurre en su entorno que generalmente no son noticias gratas, por esa razón la gente no llega a los 80 años de edad. Después de esa edad es difícil mantener una calidad de vida adecuada”. Y como complemento me preguntó ¿Cuántos años tenía yo? Le respondí que 82 y se sorprendió porque coincidimos en diversos ejercicios en el club.

Esto posiblemente tiene una explicación: ¡La mente subconsciente regula nuestra salud! ¿Recuerdas haberte enfermado el día que no querías ir a clases? ¿O haber padecido dolores de cabeza a causa del miedo? La conexión entre mente y cuerpo es tan estrecha que, con mucha frecuencia cuando queremos evitar algo, nuestro subconsciente hará lo necesario para que se realice. Reconocer que estas cosas nos ocurren es ya parte de la solución. Tu mente provoca diversas reacciones en tu cuerpo, porque una onda de estremecimiento recorre todo tu organismo.

Pueden ocurrir casos y existen evidencias que podemos padecer una enfermedad que nuestros padres sufrieron y pensamos que es hereditaria; y, por lo mismo inevitable padecerla nosotros también. Aunque he escuchado versiones de personas que expresan “A mí nunca me da gripe” y con esa programación no le afecta ningún padecimiento; en cambio escucho versiones de otras gentes que dicen “Yo me enfermo de gripe al menos dos veces al año” y seguro que así les ocurre. Estas situaciones así suceden, porque no se trata de meras coincidencias.

Está confirmado que las emociones y los sentimientos reprimidos afectan directamente nuestra salud. Puede ser el caso de muchas gentes que acuden a sus trabajos casi a fuerza ya que no les agrada hacerlo y les molesta la presencia de varios de sus compañeros y no viven la vida que les gusta, la mente es tan poderosa que empieza a mandar órdenes “Desearía no estar aquí” y como el cuerpo es esclavo de la mente, aquél procurará hacernos salir de todo aquello que nos desagrada. Por lo que se puede asegurar el papel que juega la mente en nuestra salud física.

La calidad de vida es un derecho que tenemos desde que nacemos y al decir buena salud, me refiero a energía y vitalidad. Ello nos obliga a practicar algún ejercicio desde que amanece, con la confianza de que nuestro cuerpo puede desarrollar al máximo alguna práctica que decidas continuar y no solamente hacer las cosas para ir pasando. Si analizamos la conexión entre mente y cuerpo, se facilita más darnos cuenta, en qué medida afecta a nuestra mente.

Esto quiere decir que debes procurar que tus pensamientos siempre sean positivos y saludables para que desarrolles una mentalidad sana, la buena salud nos pertenece por nacimiento y eso es suficiente para manejar una “calidad de vida” suficiente en cualquier época y en cualquier edad. Lo que pueda ocurrir no lo sabemos, pero lo que sí debemos es tratar… de mantener nuestra salud como fase primordial.




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