jueves, 6 de febrero de 2014

MEDITACIÓN

Puedes tener la idea de meditación como: de alguna cosa que lo piensas mucho para hacerla, de una persona devota rezando en el interior de una iglesia, de estar sentado incómodamente en la posición de flor de loto, de ser una creencia antigua fuera de moda, práctica común de algún chamán, o en alguna forma de concentración profunda, sin darte cuenta si estás respirando o no.

Todas estas formas no resultan muy sugestivas y además resultan incorrectas, pero son muy adecuadas para darnos una idea, del porqué mucha gente no práctica la meditación. Sin embargo podemos darnos cuenta de que existen razones psicológicas y espirituales por las que debemos practicar regularmente la práctica de la meditación por la unión que existe en conectar: mente, cuerpo y espíritu.

Por lo mismo, la meditación espiritual te ayudará a ser consciente como una expresión de lo divino en la naturaleza que puedes reconocer en ti mismo y en la naturaleza, así como en las demás gentes que te rodean, el amor y la dicha que son inseparables al espíritu ya que constituyen su esencia y por lo mismo, empezarán a impregnar tu vida.

La meditación es un proceso muy simple y por consiguiente existe mucha confusión al respecto. Para algunas personas disponen de mucho recelo porque consideran que es algo misterioso y extraño y en esos casos se teme a lo que no se sabe, por lo que la práctica de la meditación es una forma de evitar esas confusiones que existen en la mente para continuar a puntos más profundos, para conectar con la sabiduría interior.

Mi propósito no es darte una explicación  al menos por ahora, cómo debes meditar ya que para tal objeto existen mucho material en forma de: libros, cursos útiles, cintas, cursillos, manuales y casetes para que tú aprendas haciendo y lo practiques para tu propio beneficio. Mi propósito más bien se refiere a exponer que al utilizar la meditación, no es una práctica exclusiva para aquellas personas que dispongan de una profunda contemplación, descuidando otros aspectos como es el caso de las responsabilidades sociales.

Puedes permanecer en algún momento a solas para rezar, escuchar música, leer, estudiar o trabajar. Puede ser una acción rápida, intelectual o cualquier otra actividad física o creativa, (yo acostumbro practicar la carrera y trotar por la mañana temprano y medito), es algo personal. Puedes disponer de un jarrón de flores frescas, lo importante es obtener una sensación de paz y tranquilidad, procurando prestar atención a nuestro “yo interno”.

Para lograr este objetivo, debes concentrar tu atención en la respiración, para concentrarte en tu interior y hacia el yo silencioso. Esta acción puedes hacerla en cualquier actividad, por ejemplo si te encuentras en una reunión, mientras estás tratando un asunto con otra persona, Simplemente observa y concéntrate en tu respiración durante unos momentos, pero hacerlo con frecuencia en diferentes ocasiones durante el día.

Puedes permanecer sentado en cualquier momento del día cuando te encuentras a solas en una habitación y tratando de observar tu mente, logrando ponerla en paz. En esa forma podrás darte cuenta de los diferentes pensamientos que entran y salen en tu mente y te conducen al siguiente pensamiento en forma desordenada hasta que logran sacarte de control.


Debes retirarte a un sitio tranquilo donde puedas permanecer sentado en forma cómoda que te permita relajar tu cuerpo. En seguida puedes cerrar tus ojos y dejar que tu respiración se haga lenta y continúe en forma regular, tranquilizando tus pensamientos hasta conseguir comunicarte con tu silencio interior. Este momento de meditación lo puedes practicar durante unos veinte minutos a media hora durante el día. Eso es todo y basta con que lo consideres importante en tu programación mental. Si lo practicas con esmero y dedicación empezarás a crear un espacio creativo y sagrado en tu vida … el espíritu se encargará del resto.

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