RECONOZCAMOS LA PROSPERIDAD.

Son frecuentes las malas noticias que diariamente nos ofrecen los diarios y los medios de información, que sin darnos cuenta podemos estar de malas sin saber a ciencia cierta el motivo que originó nuestro mal humor. Debemos reconocer el dolor y enfrentarnos a él, pero también debemos reconocer y aceptar que nuestra vida está hecha de pequeños detalles que nos ocurren con frecuencia, y aceptar todas esas cosas que en un momento dado, aceptar los detalles que pueden hacernos felices. Porque si no reconocemos lo que se nos ofrece en la vida, continuaremos siendo dolidos, enojados y vacíos, convencidos de que seguimos perteneciendo a un grupo de personas que no han tenido buena suerte.

Y en esas condiciones, no es de extrañar que pasemos por alto la cuestión de la prosperidad; es algo que no se nos ha enseñado en casa y tampoco se nos enseñó en la escuela, es por eso que cuando vemos diariamente las noticias y nos sentimos bombardeados de noticias desdichadas como son asesinatos, secuestros, violaciones, ejecuciones, incendios y otros sucesos negativos, nos desconcierta pensar en cosas positivas y somos capaces de retener en la mente recuerdos negativos. Piensa por un momento los beneficios que traería para aquellas personas que se desarrollan en peores circunstancias cuando han tenido una vida de penurias.

Para tal objeto puedo referirme a lo que he vivido y he leído, acerca de lo que sé de mí y la transformación que he visto en muchos otros casos, por lo que es recomendable dejar de pensar en arcaicos modos de pensar y concebir un nuevo modo de imaginar lo que es posible conseguir con la imaginación, por lo que debes librarte de esa remota visión de penuria, para dar cabida a algunas normas básicas para mejorar una conciencia de prosperidad de las que es necesario disponer.

No necesitas nada nuevo para conocer la prosperidad.- Para conseguir eliminar la conciencia de penuria hay que cambiar de imágenes interiores de carencia que has tenido en tu vida. No tendrás todo porque tú ya lo eres todo. La prosperidad es un juego mental y se forma de creencias invisibles e interiores que ya posees y no te falta nada para ser próspero en tu vida, por lo tanto:

No podrás crear prosperidad si sigues creyendo en la penuria.- Debes manejar la capacidad de un ser espiritual, empezarás a comprender que tu personalidad pertenece a ese reino invisible que posees y es tu pensamiento, mismo que es ilimitado. Cuando logres comprender este concepto sabrás que no te falta nada, que lo que necesitas para vivir está ya aquí y desde tus inicios ya estaba dentro de ti. Cuando te dices “no tengo dinero” o “no tengo estudios”, tu mundo mental opera a través de una posición de carencia. Por eso no entras a un mundo de realidades.

No conocerás la prosperidad si sigues creyendo que no la mereces: Bajo el concepto de un ser espiritual tu vida en sí es de un poder ilimitado y por consiguiente en ese reino no existen juicios. Puedes considerar el caso de los que nacieron con sangre de Reyes y son tratados como miembros de la realeza, porque unos seres humanos los elevaron a esa categoría. Pero en otro orden, o sea en el Universos que existimos tu y yo, no hay clasificaciones de mejor ni peor. Es una forma de pensamiento que debes utilizar si quieres que la prosperidad sustituya a la penuria en tu vida. No eres inferior ni superior, simplemente existes y mereces la prosperidad.

Alégrate de la prosperidad de los demás.- Procura no sentir ventaja de la prosperidad de otras personas, ni siquiera celos por su situación, éxitos o estilo de vida, ello puede provocarte negatividad en vez de sentir mejores sentimientos o amor. No podrás atraer prosperidad hacia ti si estás lleno de rencor y odio. Debes fomentar la creencia interior de que cualquier éxito o prosperidad de otra persona, tú sientas incomodidad o falta de algo.

Estas disciplinas son necesarias para empezar a disponer de una conciencia de prosperidad y lo cierto es que debes proponerte a desarrollar esta manera de ser, para que te permita disponer cada vez de mayor prosperidad en tu propia vida y debes fomentar una nueva dimensión  para que puedas vivir con un propósito determinado de prosperidad en donde puedas sentirte satisfecho.