martes, 28 de enero de 2014

LA ALEGRÍA DE VIVIR.

VIVIR Y GOZAR DE LA VIDA.
Con tantas noticias que nos han traído los medios en estos pocos días del mes de enero en que nos encontramos, hablando de hechos ocurridos en la nota roja, el tema de los impuestos, los plantones de tantos desocupados en la ciudad, cierres de carreteras por mini grupos en información nacional y cosas peores a nivel internacional, es suficiente para alterar que el Universo gire sobre ejes de sufrimiento y es necesario que nosotros consideremos que las cosas puede girar mejor sobre ejes de alegría, porque de no ser así, es el motivo por el que la mayoría de personas que tratamos en forma directa o indirecta, en ocasiones nos dan la impresión que están de mal humor.

Debemos observar esos hechos, pero lo razonable es vivir día a día con un cultivo de paz y alegría para que nuestro estado de ánimo no se contamine con la serie de ingratitudes que permean la moral de las mayorías por estar tan embelesadas con los noticieros de los medios, así como los acontecimientos que nos transmiten y solamente nos quitan la alegría; por lo contrario debemos vivir con semillas de simplicidad y orden, para sembrar raíces profundas en la tierra de nuestra existencia cotidiana.

Debemos darnos cuenta que no tenemos ninguna necesidad de vivir en el temor, a pesar de que a veces puedan aparecer momentos de temor. Cuando comprendamos que en esta tierra, el tiempo tiene un límite, aprenderemos con mayor facilidad a vivir el momento presente, aunque no de una forma auto destructiva, sino de una forma que nos lleve a la plenitud de nuestras necesidades, en la mente y el espíritu. Hacerlo de esta manera a mí me parece muy liberal.

Aprender a vivir en el momento presente forma parte del camino de la alegría, y eso exige un profundo cambio interior de nuestra realidad. Muchas veces formulamos conscientemente verdaderos dramas en nuestra mente y nos imaginamos finales trágicos, con lo que sólo logramos que nuestras expectativas se cumplan como una profecía que confirma nuestros temores. Con ello nos estamos convirtiendo en autores de nuestra propia mala suerte. Y en esa forma continuamos día a día, de crisis en crisis, magullados y golpeados por los hechos acontecidos, sin darnos cuenta de que siempre tenemos otra opción.

Si ese es tu caso, ¿Qué pasaría si aprendieras a alejar las tragedias y empezaras a tener fe y confianza en el fluir de la vida  y en la bondad del espíritu? ¿Si cambiando tu manera de pensar lograras esperar lo mejor de todas tus situaciones? ¿Lo mejor es que escribas nuevos capítulos de tu vida con finales felices?  En muchas ocasiones se aparta radicalmente de la forma en que hemos actuado hasta ahora que nos parece increíble. Te sugiero que destierres tu incredulidad para siempre. Ten fe y piensa las cosas solamente en acontecimientos positivos.

Debes ver las cosas con realidad y cuanto antes mejor, que deseas abandonar la lucha y demostrar tus ansias de aprender a vivir a través de la alegría. Te convencerás que es lo mejor y podrás descubrir con tu propio asombro y alegría, que todas esas cualidades estaban esperando pacientemente a que tú te decidieras por ellas y las invocaras desde hace bastante tiempo. Trata de manejar una nueva cultura, siempre es en beneficio de ti mismo.



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