lunes, 25 de febrero de 2013

RUIDO EN LAS GRANDES CIUDADES.


Cada  vez es más insoportable el ruido en la ciudad de México, nos absorbe el avance urbano, el aumento de población, el crecimiento de empresas de producción y servicios, el aumento anual de automóviles y el aumento de gas producido por los camiones de recolección de basura y los autobuses y toda la peligrosa maraña de ruidos que de alguna forma afectan la salud de todos los capitalinos que en mayor o menor gado somos afectados en un alto nivel sostenido.

Esta situación ha ido en aumento durante los últimos años y parece que ahora en últimas fechas, las autoridades han puesto empeño en legislar al respecto, incluyendo a los órganos legislativos para emitir leyes que reglamenten los ruidos   producidos en esta ciudad. El umbral de aceptación del hombre para sonidos intermitentes está considerado de 50 a 90 decibelios (decibeles).

El sonido se mide en “decibelios” que son las unidades que se utilizan para la medición del ruido, en reconocimiento al apellido Dr. Alejandro Graham Bell). Dichos ruidos pueden resultar tan molestos que la percepción y reacción no solo depende de la intensidad, sino que también influye el estado físico y mental de la persona que escucha como pueden ser los pacientes de enfermedades con afecciones  del corazón que son  afectados por ruidos fuertes y súbitos. El inesperado uso del claxon en forma sorpresiva, puede producir reacciones reflejas que causen males secundarios a los pacientes cardíacos.

Mucho se ha ganado al transitar por las diferentes calles de la ciudad de México, sobre todo en horas pico, dichas calles están saturadas de automóviles y unidades de transporte público, con un tránsito muy lento, donde se observa que los conductores en forma ordenada permanecen sin usar el claxon, notándose algunos desesperados choferes que se conoce son personas que  nos visitan de provincia y desperdician adrenalina en la infructuosa desesperación.

Uno de los malestares que surgen como reflejo del ruido es “la sordera” y por lo que he leído, el tiempo que tarda el organismo en  volver a su estado normal después de someterse a ruidos fuertes constantes, es más o menos a la duración del ruido mismo; pero si el ruido dura más tiempo, la recuperación puede durar más tiempo.  El sonido que producen las grandes unidades de transporte con escape abierto, cubren poco más de ll4 decibeles, y lo mismo ocurre con el sonido que percibe el oído que produce un grupo de música de rock. Los médicos especialistas han llegado a determinar la susceptibilidad de una persona al ruido, donde se ha llegado a la sordera permanente como consecuencia de exposición continua a sonidos fuertes durante algún tiempo prolongado.

Las industrias ruidosas y las diferentes discotecas no son las únicas amenazas por la producción de ruidos fuertes, los mismos motores pueden producir ruidos ensordecedores como es el caso de: aspiradoras de polvo (81 decibeles), las pequeñas licuadoras domésticas (93 decibeles), las segadoras de pasto (103 decibeles), los motores fuera de borda (102 decibeles) que con sus aplicaciones sencillas de uso, también pueden ocasionar sordera.

El capitalino quedará muy agradecido a las autoridades locales, si logran que los encargados del aspecto legislativo, logren promover las leyes contra el ruido, que mucha falta hace que legislen a la ciudad, por el enorme crecimiento poblacional de los últimos años y por ser una necesidad actual que resolvería muchos problemas, sobre todo que ya es necesaria una Ley para reglamentar el ruido en la ciudad de México, para beneficio de todos los capitalinos.

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