jueves, 15 de noviembre de 2012

¿PRACTICAS LA FILANTROPÍA?


Alguna ocasión en un centro comercial leí el siguiente letrero “La recompensa dar es el mismo dar” y aunque de momento no lo descifré, me llamó la atención al grado de considerar que se refería a la “generosidad”  de pensar en los demás y no solamente en nosotros mismos. Y aunque sin duda es cierto, y es una razón más que suficiente para ayudar a otras personas o fundaciones.

Dar es un don que considera una energía no solamente de ayuda a los demás, sino que crea aún más para la persona que da. Esta es una Ley natural, y es muy independiente si la persona que da, tiene conocimiento  de lo que está ocurriendo.

El dinero es redondo y sirve par “circular” o sea que debe fluir en todos  sentidos. Cuando tienes miedo de dar eres egoísta y si lo atesoras todo para ti, materialmente estás deteniendo esa corriente, ocasionando con ello que el dinero regrese en tu dirección. Cualquier éxito que tengas se debe a pesar de que no des, no debido a ello. La forma de volverlo a poner en circulación, es empezando a dar.

Por esta razón procura ser generoso y con eso contribuyes a ayudar a los demás mediante el otorgamiento de una generosa propina a quien te sirve, si puedes paga bien a los demás y de preferencia puedes hacer donativos a organizaciones o fundaciones que se dedican a realizar obras de caridad. Cuando tú devuelves, observa lo que está ocurriendo, que sin sentir, las cosas empezarán a aparecer de la nada.

Lo mismo está pasando cuando llenas tu vida de amor y repartes afecto entre todos los demás a quienes tratas. Dar y recibir está contenido en las dos caras de la misma moneda que pones en circulación. Así, si repartes afecto y buen trato, es lo mismo que recibes, si escuchas a los demás y distribuyes tranquilidad, es lo mismo que vuelve hacia ti, si quieres amor, o diversión, o respeto, o éxito, al darlo es lo mismo que tu estás recibiendo.

Este intercambio lo realizas y no te das cuenta,  ni te preocupes por nada, puedes tener la seguridad de que todo aquello que das, será lo mismo que regresará a ti y muchas veces con creces.

Alguna vez escuché una anécdota que se me muy grabada y se refería a un comerciante exitoso que procuraba siempre a hacer el bien a los de su comunidad y diariamente recibía en las puertas de su casa, un numeroso grupo de indigentes y personas pobres a los que les repartía en forma ordenada algunas monedas que vendrían a resolver algunos de sus problemas económicos.

Había observado como benefactor, que la fila crecía y debía disponer de mayor número de monedas para complacer a todos sus socorridos. En algún momento estaban abusando de su protección;  con  ese motivo y en algún momento, decidió hablar con Dios para comentarle sus deseos y llegado el  momento le expresó “Señor, esta situación de ayuda se está prolongando y la verdad ya me estoy cansando de tanto dar” petición que Dios escuchó con detenimiento y después de un prolongado silencio, le contestó “Tienes razón, yo también ya me cansé de hacerlo”

Esta pequeña fábula nos hace entender que el “dar”, es un flujo de la vida y no es mas que la interacción armoniosa de elementos y fuerzas que opera como la “Ley de dar” que no solamente es una ayuda que se otorga a los demás, sino también crea una serie de satisfactores y beneficios para la misma persona que da.

Es cuando debemos entender que nada es estático, que esta ley también podría ser llamada "Ley de Dar y Recibir" en donde no se puede detener la circulación de la energía. El dar está basado en una energía que no solo ayuda a los demás, sino que crea aun más para la persona que da, o sea el benefactor.

El dinero es solo un símbolo de la energía de vida, que se está intercambiando, está en circulación y tiene que fluir, porque de otra manera cuando lo atesoras todo para ti, materialmente estás frenando su circulación. Como un simil, vale decir la circulación de la sangre que continúa su recorrido por el cuerpo y no se puede detener. En nuestro caso, estás creando una "cañería atascada" dificultando con ello que el dinero que se guarda en forma permanente, no puede regresar nuevamente en tu dirección. La manera de que vuelva a circular, es empezar a circularlo, siendo generoso, pagando sueldos justos, haciendo donativos a fundaciones y organizaciones destinadas para obras de caridad, dando una buena propina a las personas que nos brindan servicios.

Se observará que muchas cosas agradables empiezan a suceder en la vida de la persona que practica estos beneficios.

                            

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