martes, 6 de noviembre de 2012

ESTAREMOS VIVIENDO...O SOBREVIVIENDO

Con frecuencia escucho de mis amigos…¡No tengo tiempo! ¡Estoy muy ocupado! ¡Mi tiempo es muy limitado! y tantas otras exclamaciones que con frecuencia quiero entender que tienen muy poco tiempo de vida. Al menos así parece. Jamás he podido entender eso, de que estamos viviendo momentos de falta de tiempo.

Tal vez yo veo las cosas con una óptica diferente, y sobre todo ahora que con la tecnología actual, con tanto equipo que ahorra trabajo, se disponga de menos tiempo para hacer labores de todas clases; aun así, la gente dispone de menos tiempo para vivir como se hacía por lo menos en los años noventa, ¿Será porque fue del siglo pasado? quiero pensar que así es, aunque en esas fechas ni siquiera contábamos con teléfonos celulares, cosa que ahora las gentes manejando un auto van haciendo “mensajitos” exponiéndose al riesgo que ya se conoce.

Aprecio ahora, existe una generación que se ha impuesto varios obstáculos en todos sus niveles de vida y “sobreviven” tratando de superar esos mismos obstáculos que con ello se imponen metas y sobre todo horarios que no pueden superar, y sí en cambio, manejan un estado de estrés constante que ya en varios casos les ha costado la vida por tantas imposiciones, por cumplir un ritmo de vida que supera el ideario de Julio Verne con todas sus predicciones, por el estado de ansiedad en que se vive.

Si conduce uno un automóvil los choferes con facilidad agreden, si es en el servicio público los pasajeros llevan unos rostros de “pocos amigos” si es en algún cine o centro de diversión no se respeta la “privacidad”, y si uno preguntara ¿a qué se debe?...a la falta de tiempo.

Reconozco que me gusta comentar esta situación ante mis amigos y otros grupos de gente joven; varios coinciden diciendo que en los tiempos actuales se vive en forma diferente y que el trabajo está tan escaso que está considerado como una nueva religión en donde cada uno cree en ella, para satisfacer el capricho, de sobresalir en su mundo y con ello encontrarle sentido a su vida personal. Por esta razón, cada quien trabaja para satisfacer un sentido de identidad; y, los medios que se van construyendo para asegurar su futuro al momento de llegar su jubilación en su vida de adulto mayor.

Al considerar estas maneras de pensar y de actuar, es muy necesario que recapaciten al continuar este ritmo de trabajo y de ejecutar diversas actividades, traten de hacer todo al mismo tiempo, con presiones de varias actividades que pueden ser productoras de estrés y tensiones que les traerán consecuencias delicadas como puede ser: elevada presión arterial, un sedentarismo que fomente la obesidad; o bien, trastornos cardiovasculares, complementado con la falta de ejercicio adecuado.

Hay varias cosas sencillas que pueden hacer para mejorar su vida, el problema consiste en que con tantas cosas que  pretenden realizar al mismo tiempo con premura para sortear obstáculos adquiridos, se olvida hacer lo importante por lo intrascendente. Tan agradable sería adquirir nuevas rutinas como y compartir esos momentos agradables con los familiares, disfrutando aquellos momentos que tal vez no se habían gozado antes y cuando pasan, es difícil que vuelva la ocasión para que se repitan.

Por esa razón las personas por costumbre siempre contestan: ¡No tengo tiempo!, ¡Mi tiempo es muy limitado! y es posible que tengan razón, en un trance difícil, ante un cuadro complicado de salud, han acertado al expresar que no tienen tiempo: y sí es cierto, les queda muy poco tiempo…¡ porque la vida se les agota!

No hay comentarios:

Publicar un comentario