Mozart. |
El
prodigioso Wolfang Amadeus Mozart en el curso de su corta vida (1756-1791) creó
626 composiciones que incluyen danzas, sonatas, canciones, música sacra,
conciertos, cerca de 50 sinfonías y 19 óperas. Entre sus obras famosas figuran:
“Las bodas de Fígaro, Don Juan y La
Flauta Mágica”. La mayoría de su obra musical, reflejan su alegría de vida
que le ayudó a sobreponerse a sus sinsabores que vio disminuir al final de sus
días.
La
música la llevaba en la sangre, su padre Leopold era maestro de capilla en Salsburgo.
Cuando daba clases de música el niño le observaba con interés y con sus
manecitas hacía acordes en el clavicordio. A los 5 años ejecutaba con fluidez
obras extensas improvisando pequeñas composiciones. Leopold decidió cultivar el
talento de su pequeño hijo. El éxito no le privó de las reacciones al niño, propias
de su edad.
En
Roma el papa Clemente XIV lo condecoró con la Orden de La Espuela de Oro y en Milán produjo su primera ópera importante Mitrídates, se repitió 20 veces con la
sala llena. A los 16 años regresó a Salsburgo y después fue a Mannheim donde se
casó a los 22 años. Después salió a París.
Regresó
a Salsburgo donde se casó por segunda vez con Constanze con la que procreó 6
hijos de los cuales sobrevivieron dos y fue un marido afectuoso durante los
nueve años siguientes y a los que puso fin su muerte. Se trasladó a Viena y en
ese lugar realizó su vida artística donde interpretaba sus últimas
composiciones y daba clases de música.
Sustituyó
el clavicordio tradicional por el pianoforte de sonido más agradable y lo
tocaba con mucha sensibilidad, arrancando aplausos y ovaciones de los oyentes
con el consiguiente “¡Bravo Mozart!”, donde
se consagró como un maestro en 1782 con el estreno de gran gala de su ópera “El rapto del serrallo” presentada ante
el Emperador
Leyó
unos 100 libretos hasta que encontró el que juzgó perfecto para su próxima
composición que fue la revolucionaria comedia “Las Bodas de Fígaro” donde realzan de manera brillante su tema
subversivo que todos los hombres son iguales.
Continuó
su aventura a Praga donde le encargaron una nueva ópera, y terminó de componer
la obertura “Don Juan” apenas la noche anterior al estreno.
Constituyó un nuevo triunfo que se considera actualmente como una de las más grandes[DRS1] y maravillosas óperas.
Viena lo recibió con delirio, y la población entera silbaba, cantaba y bailaba
su música.
Buena
parte de la obra operística de Mozart refleja su fe en la nobleza del hombre y
en la victoria de la virtud sobre el mal. Su obra musical fue muy grande. “La Flauta Mágica” se estrenó el 30 de
septiembre de 1791 y a fines de octubre se había representado 24 veces. Mozart
tenía entonces 35 años.
En
Julio de 1791 un desconocido llamó a su puerta para encargarle una misa de
difuntos cantada, pagándole por adelantado. Emprendió la composición pero
estaba pálido, débil y sufría desvanecimientos y una dolorosa inflamación de
las articulaciones. “Estoy escribiendo mi
propio réquiem” confió a Constanze su esposa. Una parálisis parcial lo
obligó a dejar inconclusa la obra.
La
ironía de la vida fue que al morir se le dio un entierro de tercera clase en
una fosa común del cementerio de San Marcos, junto con otros cadáveres y nunca
se supo el fin de sus restos. Hoy resuenan en el mundo sus inmortales melodías
y muchas de ellas se han adaptado con éxito a la música popular de rock lo cual
le ha hecho merecedor de nuevos adeptos.
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